lunes, 12 de agosto de 2013

Zacarías 1:18-21


Luego de recibir la revelación del Celo de Dios por Jerusalén, Zacarías tuvo otra visión:




VISION 2. Los cuatro cuernos
(Zac. 1:18-19)  Después alcé mis ojos y miré, y he aquí cuatro cuernos.  (19)  Y dije al ángel que hablaba conmigo: ¿Qué son éstos? Y me respondió: Estos son los cuernos que dispersaron a Judá, a Israel y a Jerusalén. 

En su visión, Zacarías vio cuatro cuernos.  En la Biblia, los cuernos representan reinos (Dan. 7:24; Apoc. 17:12).  En un vistazo a la historia, vemos que varios imperios han conquistado la tierra de Israel y han dispersado al pueblo de Dios: Asiria, Babilonia, Roma y los Otomanos.  Pero estos cuatro cuernos también podrían estar relacionados con las cuatro bestias que vio Daniel en una visión, que son: Babilonia, Persia, Grecia y Roma (Dan. 7). 

En la visión, Zacarías vio que cuatro reinos lastimaron al pueblo de Dios.  Y a partir de eso no habían podido levantar cabeza.  Pero el Señor reveló que las cosas no quedarían así…
(Zac. 1:20-21)  Entonces el SEÑOR me mostró cuatro artesanos.  (21)  Y dije: ¿Qué vienen a hacer éstos? Y él respondió, diciendo: Aquéllos son los cuernos que dispersaron a Judá, de modo que nadie ha podido levantar la cabeza; pero estos artesanos han venido para aterrorizarlos, para derribar los cuernos de las naciones que alzaron sus cuernos contra la tierra de Judá para dispersarla.

Tal vez los israelitas llegaron a creer que Dios se había olvidado de ellos, porque los entregó en manos de sus enemigos—pero eso no es así.  Dios quitó el muro de protección de Israel y permitió que los enemigos los conquistaran, no porque Él quería sino como consecuencia del pecado del pueblo. 

Dios no se ha olvidado de Su pueblo. Más bien, los disciplinó para que ellos corrigieran su camino.  Luego Él los restaurará.  En la visión, el Señor mostró que enviará “artesanos” (heb. Jarash, fabricante de cualquier material, artífica). Éstos harán la obra que el Señor quiere hacer con Su pueblo.  Los librará y los restaurará. 

Este es un mensaje clave en el libro de Zacarías, y lo volveremos a ver adelante:
(Zacarías 8:14-15)  Porque así dice el SEÑOR de los ejércitos: Tal como me propuse haceros mal cuando vuestros padres me hicieron enojar--dice el SEÑOR de los ejércitos-- y no me he arrepentido,  (15)  así me he propuesto en estos días volver a hacer bien a Jerusalén y a la casa de Judá. ¡No temáis!

Hay un refrán popular que dice: “No hay mal que por bien no venga”. 
Hay mucha verdad en esto.  Si algo malo nos sucede, debemos analizar por qué pasó.  Tal vez hicimos algo incorrecto; en ese caso, debemos corregirlo. 
Pero también existe la posibilidad que no hayamos hecho nada malo, sino que Dios quiere hacer algo especial en nosotros, tal como en el caso de Job. Pero antes de considerar esta segunda opción, debemos explorar la primera, pues si no reconocemos nuestras faltas correremos el riesgo de volver a caer en el mismo hoyo. 




70 AÑOS EN BABILONIA
Dios permitió que Su Pueblo fuera llevado cautivo a Babilonia.  No fue porque Dios lo deseara, sino fue porque llegó al colmo la maldad de ellos.  Sin embargo, Dios determinó que el castigo tendría un plazo.
(Jeremías 29:10)  Pues así dice el SEÑOR: Cuando se le hayan cumplido a Babilonia setenta años, yo os visitaré y cumpliré mi buena palabra de haceros volver a este lugar. 

El Señor sabía que los 70 años de cautiverio les servirían a su pueblo como lección, y luego de ese tiempo, el pueblo se volvería a Dios.
(Jeremías 29:11-14)  Porque yo sé los planes que tengo para vosotros--declara el SEÑOR-- planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza.  (12)  Me invocaréis, y vendréis a rogarme, y yo os escucharé.  (13)  Me buscaréis y me encontraréis, cuando me busquéis de todo corazón.  (14)  Me dejaré hallar de vosotros--declara el SEÑOR-- y restauraré vuestro bienestar y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os expulsé--declara el SEÑOR-- y os traeré de nuevo al lugar de donde os envié al destierro.

Lo más impresionante es que el tiempo determinado por Dios (70 años) se cumplió al pie de la letra en dos sentidos:

a.  En relación con el pueblo:
(606 a.C.) Los primeros cautivos fueron llevados a Babilonia
+70 años
(536 a.C.) El primer retorno a Jerusalén

b. En relación con el Templo:
(586 a.C.) Fue destruido el Templo
+70 años
 (516 a.C.) El Templo fue reconstruido


1 comentario:

  1. Wow hermosa explicación Dios le bendiga y siga usando su palabra para enseñarnos gracias

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