Continuamos estudiando las visiones de Zacarías…
VISION 3. Hombre con
el cordel de medir
(Zac. 2:1-2) Entonces alcé los ojos y miré, y he aquí, vi un hombre con un cordel
de medir en la mano. (2) Y le dije: ¿Adónde vas? Y me respondió: A
medir a Jerusalén para ver cuánta es su anchura y cuánta su longitud.
Esta era toda la información que el ángel le dio a Zacarías
antes iniciar su labor de medición. Pero
otro ángel lo detuvo, y le pidió que le explicara más…
(Zac. 2:3-4)
Y he aquí, cuando el ángel que hablaba conmigo salía, otro ángel le
salió al encuentro, (4) y le dijo: Corre, habla a ese joven, y dile:
Sin muros será habitada Jerusalén, a causa de la multitud de hombres y de
ganados dentro de ella.
Zacarías debía saber la razón por la que se iba a medir la
Ciudad de Jerusalén. La medición no es
para limitar, sino para expandir. La
Ciudad Santa va a crecer sustancialmente.
Será tan grande que ya no podrá rodearse con muros. Esto pondría nervioso a cualquiera en tiempos
antiguos, porque una ciudad grande, sin muros, se consideraría como demasiado
expuesta, ya que podría ser presa fácil de los enemigos. Pero el Señor le envió un mensaje de
consuelo…
(Zac. 2:5)
Y yo seré para ella—declara el SEÑOR—una muralla de fuego en derredor, y gloria seré en medio de ella.
Los retornados debían sentirse animados con estas palabras
para seguir con la reedificación de Jerusalén y del Templo. Pero no sólo para ellos era este
mensaje…también para los que se habían quedado atrás…
(Zac. 2:6-7) ¡Ea, ea! Huid de la tierra del
norte—declara el SEÑOR—porque como a los cuatro vientos del cielo os dispersé
yo—declara el SEÑOR. (7) ¡Ea, Sion, tú
que moras con la hija de Babilonia, escápate!
El Señor hizo un llamado a los judíos que quedaron en
Babilonia, para que salieran de allí y regresaran a la tierra de Israel, donde
pertenecen.
Tal vez en la disciplina, el pueblo llegó a sentir que Dios
no los quería. Pero el Señor les envío
palabras de consuelo, expresándoles el amor que les tiene y cómo los protegerá.
(Zac. 2:8-9) Porque así dice el SEÑOR de los
ejércitos, cuya gloria me ha enviado contra las naciones que os despojaron,
porque el que os toca, toca la niña de su ojo: (9) He aquí, alzaré mi mano
contra ellas, y serán despojo para sus esclavos. Entonces sabréis que el SEÑOR
de los ejércitos me ha enviado.
Miqueas también habló de la reedificación de Jerusalén.
(Miqueas 7:9-11) La indignación del SEÑOR soportaré, porque he pecado contra El, hasta
que defienda mi causa y establezca mi derecho. El me sacará a la luz, y yo veré
su justicia. (10) Entonces mi enemiga lo verá, y se cubrirá de
vergüenza la que me decía: ¿Dónde está el SEÑOR tu Dios? Mis ojos la
contemplarán; entonces será pisoteada como el lodo de las calles. (11)
Viene el día para la edificación
de tus muros; aquel día se
extenderán tus límites.
SALID DE BABILONIA
El Señor los llama a salir de Babilonia por varias razones:
Nota: Estas profecías se cumplieron en parte en tiempos de
Zacarías, pero tendrán su cumplimiento final cuando el Señor Jesús venga a
establecer Su Reino en la Tierra, en su segunda venida. Debemos leer este estudio con esa doble
visión.
1. Primero, los llama a que salgan de Babilonia, porque ya son libres; ya no tienen que seguir
cautivos.
(Isa. 48:17-20) Así dice el SEÑOR, tu Redentor, el Santo de Israel: Yo soy el SEÑOR tu
Dios, que te enseña para tu beneficio, que te conduce por el camino en que debes
andar. (18) ¡Si tan sólo hubieras atendido a mis
mandamientos! Entonces habría sido tu paz como un río, y tu justicia como las
olas del mar. (19) Sería como la arena tu descendencia, y tus
hijos como sus granos; nunca habría sido cortado ni borrado su nombre de mi
presencia. (20) Salid de Babilonia, huid de los caldeos; con
voz de júbilo anunciad, proclamad esto, publicadlo hasta los confines de la
tierra; decid: El SEÑOR ha redimido a su siervo Jacob.
Cayeron cautivos por la desobediencia, pero ahora ya son
libres para vivir tal como Dios manda, como siervos de justicia (Rom 6:16-18).
2. Los llama a salir de Babilonia porque el Señor va a traer
juicio sobre las naciones que
trataron mal a Su pueblo.
(Jer. 50:1-3) Palabra que el SEÑOR habló acerca de Babilonia, la tierra de los
caldeos, por medio del profeta Jeremías: (2)
Anunciadlo entre las naciones y hacedlo oír; levantad estandarte,
hacedlo oír. No lo ocultéis, sino decid: Ha sido tomada Babilonia, está
avergonzado Bel, destrozado Merodac; han sido avergonzadas sus imágenes,
destrozados sus ídolos. (3) Porque ha subido contra ella una nación del
norte que hará de su tierra objeto de horror, y no habrá habitante en ella.
Tanto hombres como animales habrán huido, se habrán ido.
(Jer. 50:8-10) Huid de en medio de Babilonia, y salid de la tierra de los caldeos;
sed como machos cabríos al frente del rebaño.
(9) Porque he aquí, yo hago
despertar y subir contra Babilonia una horda de grandes naciones de la tierra
del norte, que se alinearán para la batalla contra ella; desde allí será
llevada cautiva. Sus flechas serán como de diestro guerrero que no vuelve con
las manos vacías. (10) Y Caldea se convertirá en botín; todos los
que la saqueen se saciarán--declara el SEÑOR.
La profecía contra Babilonia se cumplió al pie de la
letra. A la fecha, de la antigua
Babilonia sólo quedan ruinas. Sadam
Husein trató de revivirla, pero murió antes de lograrlo.
(Jer. 50:13-15) A causa del enojo del SEÑOR, no será habitada, sino que estará
desolada toda ella; todo el que pase por Babilonia se quedará atónito y silbará
a causa de todas sus heridas. (14) Poneos en orden contra Babilonia en derredor,
todos los que entesáis el arco; tirad contra ella, no escatiméis las flechas,
porque ha pecado contra el SEÑOR.
(15) Alzad grito de guerra contra
ella en derredor. Se ha rendido, caen sus columnas, son derribadas sus
murallas. Porque esta es la venganza del SEÑOR: tomad venganza de ella; como
ella ha hecho, así haced con ella.
En los últimos tiempos, el espíritu de Babilonia
resurgirá. En ese tiempo, el Señor
volverá a llamar a Su pueblo a que salga de en medio de ella, antes de que sea
destruida.
(Apoc. 18:1-8) Después de esto vi a otro ángel descender del cielo, que tenía gran
poder, y la tierra fue iluminada con su gloria.
(2) Y clamó con potente voz,
diciendo: ¡Cayó, cayó la gran Babilonia! Se ha convertido en habitación de
demonios, en guarida de todo espíritu inmundo y en guarida de toda ave inmunda
y aborrecible. (3) Porque todas las naciones han bebido del vino
de la pasión de su inmoralidad, y los reyes de la tierra han cometido actos
inmorales con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido con la
riqueza de su sensualidad. (4) Y oí otra voz del cielo que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no
participéis de sus pecados y para que no recibáis de sus plagas; (5)
porque sus pecados se han amontonado hasta el cielo, y Dios se ha
acordado de sus iniquidades. (6) Pagadle tal como ella ha pagado, y
devolvedle doble según sus obras; en la
copa que ella ha preparado, preparad el doble para ella. (7)
Cuanto ella se glorificó a sí misma y vivió sensualmente, así dadle
tormento y duelo, porque dice en su corazón: YO estoy SENTADA como REINA, Y NO
SOY VIUDA y nunca veré duelo. (8) Por eso, en un solo día, vendrán sus plagas:
muerte, duelo y hambre, y será quemada con fuego; porque el Señor Dios que la
juzga es poderoso.
3. La principal razón por la que el Señor llama a salir de
Babilonia es porque Él estará en Jerusalén.
(Zac. 2:10-13) Canta de júbilo y alégrate, oh
hija de Sion; porque he aquí, vengo, y habitaré en medio de ti—declara el
SEÑOR. (11) Y se unirán muchas naciones
al SEÑOR aquel día, y serán mi pueblo. Entonces habitaré en medio de ti, y
sabrás que el SEÑOR de los ejércitos me ha enviado a ti. (12) Y el SEÑOR
poseerá a Judá, su porción en la tierra santa, y escogerá de nuevo a Jerusalén.
(13) Calle toda carne delante del SEÑOR, porque El se ha levantado de su santa
morada.
(Jer. 50:4-5) En aquellos días y en aquel tiempo--declara el SEÑOR-- vendrán los
hijos de Israel, ellos junto con los hijos de Judá; vendrán andando y llorando,
y al SEÑOR su Dios buscarán. (5) Preguntarán por el camino de Sion, hacia
donde volverán sus rostros; vendrán para unirse al SEÑOR en un pacto eterno que
no será olvidado.
(Isa 52:7-12) ¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del que trae buenas
nuevas, del que anuncia la paz, del que trae las buenas nuevas de gozo, del que
anuncia la salvación, y dice a Sion: Tu Dios reina! (8)
¡Una voz! Tus centinelas alzan la voz, a una gritan de júbilo porque
verán con sus propios ojos cuando el SEÑOR restaure a Sion. (9)
Prorrumpid a una en gritos de júbilo, lugares desolados de Jerusalén,
porque el SEÑOR ha consolado a su pueblo, ha redimido a Jerusalén. (10)
El SEÑOR ha desnudado su santo brazo a la vista de todas las naciones, y
todos los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios. (11)
Apartaos, apartaos, salid de allí,
nada inmundo toquéis; salid de en medio de ella, purificaos, vosotros que
lleváis las vasijas del SEÑOR. (12) Pues no saldréis precipitadamente, ni iréis
como fugitivos; porque delante de vosotros irá el SEÑOR, y vuestra retaguardia
será el Dios de Israel.
La disciplina divina no anula el pacto de Dios con Su
pueblo. La corrección es para
restauración.
(Jer. 31:35-40) Así dice el SEÑOR, el que da el sol para luz del día, y las leyes de
la luna y de las estrellas para luz de la noche, el que agita el mar para que
bramen sus olas; el SEÑOR de los ejércitos es su nombre: (36) Si se apartan estas leyes de mi
presencia--declara el SEÑOR-- también la descendencia de Israel dejará de ser
nación en mi presencia para siempre.
(37) Así dice el SEÑOR: Si los
cielos arriba pueden medirse, y explorarse abajo los cimientos de la tierra,
también yo desecharé toda la descendencia de Israel por todo lo que
hicieron--declara el SEÑOR. (38) He aquí, vienen días--declara el SEÑOR-- en
que la ciudad será reedificada para el
SEÑOR, desde la torre de Hananeel hasta la puerta del Angulo. (39) Y
el cordel de medir saldrá más allá,
directamente hasta la colina de Gareb, y girará hasta Goa. (40) Y
todo el valle de los cadáveres y de las cenizas, y todos los campos hasta el
arroyo Cedrón, hasta la esquina de la puerta de los Caballos hacia el oriente,
serán santos al SEÑOR. La ciudad no será arrancada ni derribada nunca jamás.
[Esta profecía se cumplirá cuando el Señor venga, y
establezca su Reino en Jerusalén.]
(Jer. 30:17-19) Porque yo te devolveré la salud, y te sanaré de tus heridas--declara
el SEÑOR-- porque te han llamado desechada, diciendo: 'Esta es Sion, nadie se
preocupa por ella.' (18) Así dice el SEÑOR: He aquí, restauraré el
bienestar de las tiendas de Jacob, y tendré misericordia de sus moradas; será reedificada la ciudad sobre sus
ruinas, y el palacio se asentará como estaba.
(19) Saldrá de ellos canto de
acción de gracias y voz de los que se divierten; los multiplicaré y no
disminuirán, los honraré y no serán menospreciados.
(Isa. 44:26-28) Yo soy el que confirmo la palabra de su siervo, y cumplo el propósito
de sus mensajeros; el que dice de Jerusalén:
Será habitada; y de las ciudades de Judá: Serán reedificadas, y sus ruinas
levantaré; (27) el que dice a la profundidad del mar: Sécate;
y yo secaré tus ríos. (28) El que dice de Ciro: El es mi pastor, y él
cumplirá todos mis deseos, y dice de Jerusalén:
Será reedificada, y al templo: Serán echados tus cimientos.
(Isa. 2:2-3) Y acontecerá en los postreros
días, que el monte de la casa del SEÑOR será establecido como cabeza de los
montes; se alzará sobre los collados, y confluirán a él todas las
naciones. (3) Vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, subamos al monte del SEÑOR, a la casa
del Dios de Jacob; para que nos enseñe acerca de sus caminos, y andemos en sus sendas.
Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del SEÑOR.
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