domingo, 25 de agosto de 2013

Zacarías 6:9-15


Luego de recibir todas esas visiones en una noche, el Señor le encargó a Zacarías hacer algo…
(Zac. 6:9-11)  Y vino la palabra del SEÑOR a mí, diciendo: (10) Toma ofrendas de los desterrados, de Heldai, de Tobías y de Jedaías; y el mismo día ve y entra en la casa de Josías, hijo de Sofonías, adonde ellos han llegado de Babilonia.  (11)  Toma plata y oro, haz una corona y ponla en la cabeza del sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac. 

La misión de Zacarías era buscar a tres judíos que acaban de llegar a Jerusalén provenientes de Babilonia.  Ellos se estaban hospedando en casa del hijo del profeta Sofonías, y traían ofrendas de parte de los exiliados en Babilonia para financiar la reconstrucción del Templo en Jerusalén.   

Lo curioso es que Dios le instruyó que tomara plata y oro de la ofrenda para hacer una corona.  Pero lo más sorprendente aún es que el Señor le pidió que la pusiera en la cabeza del sumo sacerdote.  Eso iba completamente en contra del orden, ya que un sacerdote era de la tribu de Levi y no podía ser rey, y viceversa, los reyes venían de la tribu de Judá, y no podían tomar el rol de sacerdotes.

Pero a veces Dios pide hacer cosas fuera de lo normal para hacernos reaccionar.  Y cuando tiene nuestra atención, nos transmite un mensaje importante. 
(Otros ejemplos: pidió a Abraham matar a su hijo, para revelarnos sobre la Redención del Cordero de Dios; le dijo a Oseas que se casara con una prostituta, para hacer ver al pueblo que su infidelidad a Dios era adulterio espiritual; le dijo a Pedro que comiera animales inmundos, para mostrarle que los Gentiles iban a ser aceptados en el pueblo de Dios)

Dios le pidió a Zacarías que hiciera algo que iba en contra de la norma (coronar a un sacerdote como rey) para hacerlo reaccionar y tener su completa atención, pues quería transmitir un mensaje muy importante.  Era un acto profético que traía una gran revelación sobre el Mesías que había de venir…



ACTO PROFÉTICO: Coronación del Mesías
Con el oro y la plata que traían los exiliados como ofrenda, Zacarías debía mandar a hacer una corona (en hebreo está en plural “Atarot”, coronas; Apoc. 19:12).  Esa corona debía ser colocada sobre el sumo sacerdote Josué, y debía proclamar el siguiente mensaje:
(Zac. 6:12-15)  Y háblale, diciendo: Así dice el SEÑOR de los ejércitos: 'He aquí un hombre cuyo nombre es Renuevo, porque El brotará del lugar donde está y reedificará el templo del SEÑOR.  (13)  'Sí, El reedificará el templo del SEÑOR, y El llevará gloria y se sentará y gobernará en su trono. Será sacerdote sobre su trono y habrá consejo de paz entre los dos oficios.'  (14)  La corona será para Helem, Tobías, Jedaías y Hen, hijo de Sofonías, como recuerdo en el templo del SEÑOR.  (15)  Y los que están lejos vendrán y reedificarán el templo del SEÑOR. Entonces sabréis que el SEÑOR de los ejércitos me ha enviado a vosotros. Esto sucederá si escucháis obedientes la voz del SEÑOR vuestro Dios.

Con este acto profético, el Señor estaba revelando que el Mesías, llamado “el Renuevo”, ejercerá ambos oficios: rey y sumo sacerdote.   El será quien reedificará el Templo en toda su gloria.  Cuando lo haga, traerá a todos los dispersados de Su Pueblo de todas partes del mundo para que participen también en la reedificación del Templo.

EL RENUEVO
Cuando Zacarías oyó el nombre de “Renuevo”, seguramente se acordó de lo que los profetas habían escrito sobre Él.

Isaías y Jeremías profetizaron sobre la restauración que el Renuevo traería para Jerusalén…
(Isaías 4:2-6) Aquel día el Renuevo del SEÑOR será hermoso y lleno de gloria, y el fruto de la tierra será el orgullo y adorno de los sobrevivientes de Israel.  (3)  Y acontecerá que el que sea dejado en Sion y el que quede en Jerusalén será llamado santo: todos los que estén inscritos para vivir en Jerusalén.  (4)  Cuando el Señor haya lavado la inmundicia de las hijas de Sion y haya limpiado la sangre derramada  de en medio de Jerusalén con el espíritu del juicio y el espíritu abrasador,  (5)  entonces el SEÑOR creará sobre todo lugar del monte Sion y sobre sus asambleas, una nube durante el día, o sea humo, y un resplandor de llamas de fuego por la noche; porque sobre toda la gloria habrá un dosel;  (6)  será un cobertizo para dar sombra contra el calor del día, y refugio y protección contra la tormenta y la lluvia.

(Jeremías 23:5-6) He aquí, vienen días--declara el SEÑOR-- en que levantaré a David un Renuevo justo; y El reinará como rey, actuará sabiamente, y practicará el derecho y la justicia en la tierra.  (6)  En sus días será salvo Judá, e Israel morará seguro; y este es su nombre por el cual será llamado: "El SEÑOR, justicia nuestra."

La profecía de Jeremías señala que el Renuevo iba a ser descendiente de David, de la tribu de Judá, pero entre líneas también venía un adelanto de su relación con los sacerdotes…
(Jeremías 33:14-18)  "He aquí, vienen días"--declara el SEÑOR-- "en que cumpliré la buena palabra que he hablado a la casa de Israel y a la casa de Judá.  (15)  "En aquellos días y en aquel tiempo haré brotar de David un Renuevo justo, y El hará juicio y justicia en la tierra.  (16)  "En aquellos días estará a salvo Judá, y Jerusalén morará segura, y este es el nombre con el cual será llamada: el SEÑOR, justicia nuestra."  (17)  Porque así dice el SEÑOR: "Nunca le faltará a David quien se siente sobre el trono de la casa de Israel;  (18)  y a los sacerdotes levitas nunca les faltará quien en presencia mía ofrezca holocausto, queme ofrendas de cereal y prepare sacrificios todos los días."

El profeta Isaías es quien más hace referencia al Renuevo.  Todo el capítulo 11 habla de Él, pero lo llama “Retoño”.  Aun en el capítulo 53, que habla de la muerte de Jesús, se menciona (Isa. 53:2).

El nombre de “Renuevo” ya había sido mencionado antes en Zacarías, en la visión de las vestiduras de Josué.
(Zac. 3:8)  Escucha ahora, Josué, sumo sacerdote, tú y tus compañeros que se sientan ante ti, que son hombres de presagio, pues he aquí, yo voy a traer a mi siervo, el Renuevo.

EL NOMBRE DE JOSUE
El nombre del sumo sacerdote también era significativo.  Se llamaba Josué, en hebreo Yehoshua, que significa: Jehová es salvación.  El nombre Yeshua (esp. Jesús) es un derivado de este nombre, y también significa salvación. 

Todo el acto profético que Zacarías iba a hacer de la coronación de Josué apunta a Yeshua el Mesías (esp. Jesucristo), quien tiene derecho a ser Rey por ser descendiente de David, pero también será sumo sacerdote, por el orden de Melquisedec.
(Salmo 110:1-4) Dice el SEÑOR a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.  (2)  El SEÑOR extenderá desde Sion tu poderoso cetro, diciendo: Domina en medio de tus enemigos.  (3)  Tu pueblo se ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder; en el esplendor de la santidad, desde el seno de la aurora; tu juventud es para ti como el rocío.  (4)  El SEÑOR ha jurado y no se retractará: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.
(Hebreos 5:5-6) De la misma manera, Cristo no se glorificó a sí mismo para hacerse sumo sacerdote, sino que lo glorificó el que le dijo: Hijo mío eres tú, Yo te he engendrado hoy;  (6)  como también dice en otro pasaje: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.
(Hebreos 5:8-10) y aunque era Hijo, aprendió obediencia por lo que padeció;  (9)  y habiendo sido hecho perfecto, vino a ser fuente de eterna salvación para todos los que le obedecen,  (10)  siendo constituido por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.




REEDIFICARÁ EL TEMPLO
En tiempos de Zacarías, los retornados estaban reconstruyendo el Templo en Jerusalén.  Pero la profecía se refería a la edificación del Tercer Templo, cuando el Mesías venga. 
(Zac. 6:13)  Sí, El reedificará el templo del SEÑOR, y El llevará gloria y se sentará y gobernará en su trono. Será sacerdote sobre su trono y habrá consejo de paz entre los dos oficios.

Jesús habló de la reedificación del Templo en forma espiritual: a través de edificación de la Iglesia, pues nosotros los creyentes somos el Templo de Dios (Juan 2:19-21; Efe. 2:22; I Cor. 3:16-17; II Cor. 6:16).  Pero esto no quita el hecho que el Templo físico también será reedificado, pues allí estará el Trono del Señor, y desde allí reinará sobre toda la Tierra.
(Ezequiel 43:6-11) Y oí a uno que me hablaba desde el templo, mientras el hombre estaba de pie junto a mí,  (7)  y me dijo: Hijo de hombre, este es el lugar de mi trono, el lugar de las plantas de mis pies, donde habitaré entre los hijos de Israel para siempre. Y la casa de Israel no volverá a profanar mi santo nombre, ni ellos ni sus reyes, con sus prostituciones y con los cadáveres de sus reyes cuando mueran,  (8)  poniendo su umbral junto a mi umbral, y sus postes junto a mis postes con sólo un muro entre ellos y yo. Ellos han profanado mi santo nombre con las abominaciones que han cometido; por eso los he consumido en mi ira.  (9)  Que alejen ahora de mí sus prostituciones y los cadáveres de sus reyes, y yo habitaré entre ellos para siempre.  (10)  Y tú, hijo de hombre, describe el templo a la casa de Israel, para que se avergüencen de sus iniquidades, y tomen las medidas de su plano.  (11)  Y si se avergüenzan de todo lo que han hecho, enséñales el diseño del templo, su estructura, sus salidas, sus entradas, todos sus diseños, todos sus estatutos y todas sus leyes. Y escribe esto ante sus ojos para que guarden todas sus leyes y todos sus estatutos, y los cumplan.

Zacarías profetizó que los creyentes que estaban lejos (los dispersados de Israel) ayudarán al Señor en la reedificación del Templo.  Esto lo harán tanto en sentido espiritual (transformando sus vidas) como natural (cuando los dispersados sean retornados a la Tierra Santa en las nubes).
(Zac. 6:15)  Y los que están lejos vendrán y reedificarán el templo del SEÑOR. Entonces sabréis que el SEÑOR de los ejércitos me ha enviado a vosotros. Esto sucederá si escucháis obedientes la voz del SEÑOR vuestro Dios.

Ese privilegio le será otorgado a los que se hayan dispuesto a llevar una vida de obediencia a Dios.

LA CORONA
Para que no se confundieran y creyeran que Josué sería rey, el Señor instruyó que luego de hacer el acto profético, la corona debía ser entregada a los retornados que trajeron la ofrenda, y debía ser guardada en el Templo como una señal.
(Zac. 6:14)  La corona será para Helem, Tobías, Jedaías y Hen, hijo de Sofonías, como recuerdo en el templo del SEÑOR.


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