Luego de recibir todas esas visiones en una noche, el Señor le encargó a Zacarías
hacer algo…
(Zac. 6:9-11) Y vino la palabra del SEÑOR a mí, diciendo: (10)
Toma ofrendas de los desterrados, de Heldai, de Tobías y de Jedaías; y el mismo
día ve y entra en la casa de Josías, hijo de Sofonías, adonde ellos han llegado
de Babilonia. (11) Toma plata y oro, haz una corona y ponla en
la cabeza del sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac.
La misión de Zacarías era buscar a tres judíos que acaban de
llegar a Jerusalén provenientes de Babilonia.
Ellos se estaban hospedando en casa del hijo del profeta Sofonías, y
traían ofrendas de parte de los exiliados en Babilonia para financiar la
reconstrucción del Templo en Jerusalén.
Lo curioso es que Dios le instruyó que tomara plata y oro de
la ofrenda para hacer una corona. Pero
lo más sorprendente aún es que el Señor le pidió que la pusiera en la cabeza
del sumo sacerdote. Eso iba completamente
en contra del orden, ya que un sacerdote era de la tribu de Levi y no podía ser
rey, y viceversa, los reyes venían de la tribu de Judá, y no podían tomar el
rol de sacerdotes.
Pero a veces Dios pide hacer cosas fuera de lo normal para
hacernos reaccionar. Y cuando tiene
nuestra atención, nos transmite un mensaje importante.
(Otros ejemplos: pidió a Abraham matar a su hijo, para
revelarnos sobre la Redención del Cordero de Dios; le dijo a Oseas que se
casara con una prostituta, para hacer ver al pueblo que su infidelidad a Dios
era adulterio espiritual; le dijo a Pedro que comiera animales inmundos, para mostrarle
que los Gentiles iban a ser aceptados en el pueblo de Dios)
Dios le pidió a Zacarías que hiciera algo que iba en contra
de la norma (coronar a un sacerdote como rey) para hacerlo reaccionar y tener
su completa atención, pues quería transmitir un mensaje muy importante. Era un acto profético que traía una gran revelación
sobre el Mesías que había de venir…
ACTO PROFÉTICO: Coronación
del Mesías
Con el oro y la plata que traían los exiliados como ofrenda,
Zacarías debía mandar a hacer una corona (en hebreo está en plural “Atarot”, coronas; Apoc. 19:12). Esa corona debía ser colocada sobre el sumo
sacerdote Josué, y debía proclamar el siguiente mensaje:
(Zac. 6:12-15) Y háblale, diciendo: Así dice el SEÑOR de los
ejércitos: 'He aquí un hombre cuyo nombre es Renuevo, porque El brotará del
lugar donde está y reedificará el templo del SEÑOR. (13)
'Sí, El reedificará el templo del SEÑOR, y El llevará gloria y se
sentará y gobernará en su trono. Será sacerdote sobre su trono y habrá consejo
de paz entre los dos oficios.' (14) La corona será para Helem, Tobías, Jedaías y
Hen, hijo de Sofonías, como recuerdo en el templo del SEÑOR. (15) Y
los que están lejos vendrán y reedificarán el templo del SEÑOR. Entonces
sabréis que el SEÑOR de los ejércitos me ha enviado a vosotros. Esto sucederá
si escucháis obedientes la voz del SEÑOR vuestro Dios.
Con este acto profético, el Señor estaba revelando que el
Mesías, llamado “el Renuevo”, ejercerá ambos oficios: rey y sumo
sacerdote. El será quien reedificará el Templo en toda su
gloria. Cuando lo haga, traerá a todos
los dispersados de Su Pueblo de todas partes del mundo para que participen
también en la reedificación del Templo.
EL RENUEVO
Cuando Zacarías oyó el nombre de “Renuevo”, seguramente se
acordó de lo que los profetas habían escrito sobre Él.
Isaías y Jeremías profetizaron sobre la restauración que el
Renuevo traería para Jerusalén…
(Isaías 4:2-6) Aquel día el
Renuevo del SEÑOR será hermoso y lleno de gloria, y el fruto de la tierra será
el orgullo y adorno de los sobrevivientes de Israel. (3) Y
acontecerá que el que sea dejado en Sion y el que quede en Jerusalén será
llamado santo: todos los que estén inscritos para vivir en Jerusalén. (4)
Cuando el Señor haya lavado la inmundicia de las hijas de Sion y haya
limpiado la sangre derramada de en medio
de Jerusalén con el espíritu del juicio y el espíritu abrasador, (5)
entonces el SEÑOR creará sobre todo lugar del monte Sion y sobre sus
asambleas, una nube durante el día, o sea humo, y un resplandor de llamas de
fuego por la noche; porque sobre toda la gloria habrá un dosel; (6)
será un cobertizo para dar sombra contra el calor del día, y refugio y
protección contra la tormenta y la lluvia.
(Jeremías 23:5-6) He aquí, vienen
días--declara el SEÑOR-- en que levantaré a David un Renuevo justo; y El
reinará como rey, actuará sabiamente, y practicará el derecho y la justicia en
la tierra. (6) En sus días será salvo Judá, e Israel morará
seguro; y este es su nombre por el cual será llamado: "El SEÑOR, justicia
nuestra."
La profecía de Jeremías señala que el Renuevo iba a ser
descendiente de David, de la tribu de Judá, pero entre líneas también venía un
adelanto de su relación con los sacerdotes…
(Jeremías 33:14-18) "He aquí, vienen días"--declara el SEÑOR--
"en que cumpliré la buena palabra que he hablado a la casa de Israel y a
la casa de Judá. (15) "En aquellos días y en aquel tiempo haré
brotar de David un Renuevo justo, y El hará juicio y justicia en la
tierra. (16) "En aquellos días estará a salvo Judá, y
Jerusalén morará segura, y este es el nombre con el cual será llamada: el
SEÑOR, justicia nuestra." (17) Porque así dice el SEÑOR: "Nunca le
faltará a David quien se siente sobre el trono de la casa de Israel; (18) y
a los sacerdotes levitas nunca les faltará quien en presencia mía ofrezca
holocausto, queme ofrendas de cereal y prepare sacrificios todos los
días."
El profeta Isaías es quien más hace referencia al
Renuevo. Todo el capítulo 11 habla de
Él, pero lo llama “Retoño”. Aun en el
capítulo 53, que habla de la muerte de Jesús, se menciona (Isa. 53:2).
El nombre de “Renuevo” ya había sido mencionado antes en Zacarías,
en la visión de las vestiduras de Josué.
(Zac. 3:8) Escucha ahora, Josué, sumo sacerdote, tú y tus compañeros
que se sientan ante ti, que son hombres de presagio, pues he aquí, yo voy a
traer a mi siervo, el Renuevo.
EL NOMBRE DE JOSUE
El nombre del sumo sacerdote también era significativo. Se llamaba Josué, en hebreo Yehoshua,
que significa: Jehová es salvación. El
nombre Yeshua (esp. Jesús) es un derivado de este nombre, y también
significa salvación.
Todo el acto profético que Zacarías iba a hacer de la
coronación de Josué apunta a Yeshua el Mesías (esp. Jesucristo), quien tiene
derecho a ser Rey por ser descendiente de David, pero también será sumo
sacerdote, por el orden de Melquisedec.
(Salmo 110:1-4) Dice el SEÑOR a mi
Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus
pies. (2) El SEÑOR extenderá desde Sion tu poderoso
cetro, diciendo: Domina en medio de tus enemigos. (3) Tu
pueblo se ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder; en el esplendor de la
santidad, desde el seno de la aurora; tu juventud es para ti como el rocío. (4) El
SEÑOR ha jurado y no se retractará: Tú eres sacerdote para siempre según el
orden de Melquisedec.
(Hebreos 5:5-6) De la misma
manera, Cristo no se glorificó a sí mismo para hacerse sumo sacerdote, sino que
lo glorificó el que le dijo: Hijo mío eres tú, Yo te he engendrado hoy; (6)
como también dice en otro pasaje: Tú eres sacerdote para siempre según
el orden de Melquisedec.
(Hebreos 5:8-10) y aunque era Hijo,
aprendió obediencia por lo que padeció;
(9) y habiendo sido hecho
perfecto, vino a ser fuente de eterna salvación para todos los que le obedecen, (10)
siendo constituido por Dios sumo sacerdote según el orden de
Melquisedec.
REEDIFICARÁ EL TEMPLO
En tiempos de Zacarías, los retornados estaban
reconstruyendo el Templo en Jerusalén.
Pero la profecía se refería a la edificación del Tercer Templo, cuando
el Mesías venga.
(Zac. 6:13) Sí, El reedificará el templo del SEÑOR, y El llevará
gloria y se sentará y gobernará en su trono. Será sacerdote sobre su trono y
habrá consejo de paz entre los dos oficios.
Jesús habló de la reedificación del Templo en forma
espiritual: a través de edificación de la Iglesia, pues nosotros los creyentes
somos el Templo de Dios (Juan 2:19-21; Efe. 2:22; I Cor. 3:16-17; II Cor. 6:16). Pero esto no quita el hecho que el Templo físico
también será reedificado, pues allí estará el Trono del Señor, y desde allí
reinará sobre toda la Tierra.
(Ezequiel 43:6-11) Y oí a uno que me
hablaba desde el templo, mientras el hombre estaba de pie junto a mí, (7) y
me dijo: Hijo de hombre, este es el lugar de mi trono, el lugar de las plantas
de mis pies, donde habitaré entre los hijos de Israel para siempre. Y la casa
de Israel no volverá a profanar mi santo nombre, ni ellos ni sus reyes, con sus
prostituciones y con los cadáveres de sus reyes cuando mueran, (8)
poniendo su umbral junto a mi umbral, y sus postes junto a mis postes
con sólo un muro entre ellos y yo. Ellos han profanado mi santo nombre con las
abominaciones que han cometido; por eso los he consumido en mi ira. (9)
Que alejen ahora de mí sus prostituciones y los cadáveres de sus reyes,
y yo habitaré entre ellos para siempre.
(10) Y tú, hijo de hombre,
describe el templo a la casa de Israel, para que se avergüencen de sus iniquidades,
y tomen las medidas de su plano.
(11) Y si se avergüenzan de todo
lo que han hecho, enséñales el diseño del templo, su estructura, sus salidas,
sus entradas, todos sus diseños, todos sus estatutos y todas sus leyes. Y
escribe esto ante sus ojos para que guarden todas sus leyes y todos sus
estatutos, y los cumplan.
Zacarías profetizó que los creyentes que estaban lejos (los dispersados
de Israel) ayudarán al Señor en la reedificación del Templo. Esto lo harán tanto en sentido espiritual (transformando
sus vidas) como natural (cuando los dispersados sean retornados a la Tierra
Santa en las nubes).
(Zac. 6:15) Y los que están lejos vendrán y reedificarán
el templo del SEÑOR. Entonces sabréis que el SEÑOR de los ejércitos me ha
enviado a vosotros. Esto sucederá si escucháis obedientes la voz del SEÑOR
vuestro Dios.
Ese privilegio le será otorgado a los que se hayan dispuesto
a llevar una vida de obediencia a Dios.
LA CORONA
Para que no se confundieran y creyeran que Josué sería rey, el
Señor instruyó que luego de hacer el acto profético, la corona debía ser entregada
a los retornados que trajeron la ofrenda, y debía ser guardada en el Templo
como una señal.
(Zac. 6:14) La corona será para Helem, Tobías, Jedaías y Hen, hijo
de Sofonías, como recuerdo en el templo del SEÑOR.
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