CARGA PROFÉTICA
El capítulo 9 comienza con una profecía de juicio contra las
naciones que se han levantado como enemigos de Israel.
(Zac. 9:1) Profecía de la palabra del SEÑOR contra la tierra de
Hadrac y Damasco, su lugar de reposo (porque hacia el SEÑOR están puestos los
ojos de los hombres y de todas las tribus de Israel)…
La palabra que se traduce como “profecía” en realidad
debería traducirse como “carga”. El Señor no está simplemente “profetizando”
(heb. Navá), sino está entregando una
carga (heb. Masá). Es más fuerte que una profecía porque lleva
el peso de premura del tiempo. Es un “último
llamado”.
El profeta recibe la carga (heb. Masá), porque el Señor quiere que se haga un llamando al
arrepentimiento. El profeta debe “sonar la
trompeta”, y advertir al pueblo sobre el peligro inminente. Esto incluye a los enemigos de Israel, y un
ejemplo de ello es Jonás. Él fue enviado
a Nínive para advertirles sobre el juicio que vendría sobre ellos. Ellos atendieron al mensaje y se arrepintieron,
y el Señor los perdonó.
Dios no manda juicio sin primero hacer una advertencia.
(Amos 3:6-8) Si se toca la trompeta en la ciudad, ¿no temblará el
pueblo? Si sucede una calamidad en la ciudad, ¿no la ha causado el SEÑOR? (7)
Ciertamente el Señor DIOS no hace nada sin revelar su secreto a sus
siervos los profetas. (8) Ha rugido un león, ¿quién no temerá? Ha
hablado el Señor DIOS, ¿quién no profetizará?
La carga (heb. Masá)
es algo que pesa en el corazón de Dios, porque Él no se deleita en el castigo,
sino en extender misericordia (Miqueas 7:18; Salmo 36:5-7; Exo. 34:6-7; Eze.
33:11).
(Eze. 18:23) ¿Acaso me complazco yo en la muerte del impío--declara
el Señor DIOS-- y no en que se aparte de sus caminos y viva?
Si Dios retrasa el juicio es porque da a todos la
oportunidad de arrepentirse, y esto incluye a los enemigos de Israel (2 Ped.
3:9; 1 Tim. 2:4). Por eso, Dios manda “cargas” a los profetas, para que suenen
trompeta…aun a los enemigos…
CARGAS PARA LOS
ENEMIGOS DE ISRAEL
Dios mandó mensajes a los enemigos de Israel en la forma de “cargas
proféticas”. Tal vez así se arrepientan
y cambien su actitud con respecto a Israel. Esta profecía no sólo aplica al pasado, sino
también para los últimos tiempos. Las
naciones que eran enemigas de Israel en tiempos de Zacarías, también se han levantado
como enemigos del Estado de Israel el día de hoy.
Estas son las naciones a las que Dios envía una advertencia:
a. Hadrac, Damasco, Hamat, Tiro y Sidón
(hoy Líbano y Siria)
(Zac. 9:1-4) Profecía de la palabra del SEÑOR contra la tierra de
Hadrac y Damasco, su lugar de reposo (porque hacia el SEÑOR están puestos los
ojos de los hombres y de todas las tribus de Israel), (2) y
también Hamat, que linda con ella, y Tiro y Sidón, aunque sean muy sabias. (3)
Tiro se ha edificado una fortaleza, y ha amontonado plata como polvo y
oro como barro de las calles. (4) He aquí, el Señor la despojará, arrojará al
mar su riqueza y ella será consumida por el fuego.
Los ojos de Israel y del mundo estarán puestos en Dios en los
últimos tiempos. Israel se preguntará si
Dios hará justicia. El mundo tiene
puesta su confianza en su fuerza militar y sus riquezas, y creerán que Dios no
les podrá hacer nada…pero en el día del juicio a las naciones (el día en que la
ira de Dios repose), todo en lo que ellos confiaban será consumido por fuego.
b. Ascalón, Gaza,
Ecrón, Asdod (Franja de Gaza, antes Filistea)
(Zac. 9:5-6) Ascalón lo verá y temerá, también Gaza, y se retorcerá
con gran dolor, lo mismo Ecrón, pues su esperanza ha sido confundida. Además
perecerá el rey de Gaza, y Ascalón no será habitada. (6) Un
pueblo bastardo habitará en Asdod, y yo destruiré el orgullo de los
filisteos. (7) Quitaré la sangre de su boca, y sus
abominaciones de entre sus dientes. Entonces él será también un remanente para
nuestro Dios, será como una tribu en Judá, y Ecrón será como el jebuseo.
Cuando los israelitas entraron a la Tierra Prometida, no
conquistaron el territorio de los filisteos, porque les temieron a sus carros y
caballos. No fue sino hasta el reinado
de David que esas tierras fueron sometidas.
Lo mismo sucedió con Jerusalén, que era de los jebuseos, pero David la
tomó y allí estableció la capital de su reino.
Actualmente, Asdod, Ascalón y Ecrón son ciudades israelitas, tal como
fue profetizado (pero Gaza aun no).
MENSAJE A ISRAEL
Israel también necesitaba oír este mensaje profético, ya que
ellos habían perdido la esperanza que Dios trataría con sus enemigos. Necesitaban saber que Dios haría justicia…
(Zac. 9:8) Y yo acamparé junto a mi casa como un guardián para
que nadie vaya ni venga, y no pasará más sobre ellos el opresor, porque ahora
he visto con mis ojos.
Esta profecía aun está por cumplirse, ya que el Señor
permitió todavía que Roma tomara Jerusalén y la destruyera. Pero ya “no pasará más el opresor” cuando el
Señor acampe en medio de Su Pueblo…es Su Segunda Venida.
Muy buen estudio qué el Señor le siga usando para la Gloria de su Nombre.
ResponderEliminarDios le siga derramando sabiduría y conocimiento muy buen estudio.
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