VENDRÁ COMO SE FUE
En el libro de Hechos leemos acerca del momento en que Jesús
dejó esta Tierra y se fue al Cielo…
(Hechos 1:9-11) Después de haber
dicho estas cosas, fue elevado mientras ellos miraban, y una nube le recibió y
le ocultó de sus ojos. (10) Y estando mirando fijamente al cielo mientras
El ascendía, aconteció que se presentaron junto a ellos dos varones en
vestiduras blancas, (11) que les dijeron: Varones galileos, ¿por qué
estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al
cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo.
Así como se fue, Él vendrá de nuevo…vendrá en una nube, y
pondrá sus pies en el Monte de los Olivos, antes de entrar a Jerusalén. Zacarías recibió esa revelación de la venida
del Mesías…
(Zacarías 14:4) Sus pies se
posarán aquel día en el monte de los Olivos, que está frente a Jerusalén, al
oriente; y el monte de los Olivos se hendirá por el medio, de oriente a
occidente, formando un enorme valle, y una mitad del monte se apartará hacia el
norte y la otra mitad hacia el sur.
El Monte de los Olivos se va a partir en dos, cuando el
Mesías ponga sus pies sobre él. Posiblemente
esa división sea producida por un terremoto, por lo que dice el profeta Nahum…
(Nahum 1:5-10) Los montes
tiemblan ante El, y los collados se derriten; sí, en su presencia se levanta la
tierra, el mundo y todos los que en él habitan.
(6) En presencia de su
indignación, ¿quién resistirá? ¿Quién se mantendrá en pie ante el ardor de su
ira? Su furor se derrama como fuego, y las rocas se despedazan ante El. (7)
Bueno es el SEÑOR, una fortaleza en el día de la angustia, y conoce a
los que en El se refugian. (8) Pero con inundación desbordante pondrá fin a
Nínive, y perseguirá a sus enemigos aun en las tinieblas. (9) Lo
que traméis contra el SEÑOR, El lo hará completa destrucción; no surgirá dos
veces la angustia. (10) Porque ellos como espinos enmarañados, y
ebrios con su bebida, serán consumidos como paja totalmente seca.
Habacuc también profetizó algo similar…
(Habacuc 3:6) Se detuvo, e hizo
temblar la tierra, miró e hizo estremecerse a las naciones. Sí, se desmoronaron
los montes perpetuos, se hundieron las colinas antiguas. Sus caminos son
eternos.
Zacarías dice que todos se estremecerán al presenciar la
Venida del Señor…
(Zac. 14:5) Y huiréis al valle
de mis montes, porque el valle de los montes llegará hasta Azal; huiréis tal
como huisteis a causa del terremoto en los días de Uzías, rey de Judá. Y vendrá
el SEÑOR mi Dios, y todos los santos con El.
SEÑALES DEL DÍA
A lo largo de la Biblia, vemos que el Señor envía señales de
los Cielos para hablarnos de los tiempos y revelarnos Su Plan. Según lo que profetizó Zacarías, parece que
en el Día del Señor habrá un eclipse…
(Zac. 14:6-7) Y sucederá que en
aquel día no habrá luz; las luminarias se oscurecerán. (7)
Será un día único, conocido sólo del SEÑOR, ni día ni noche; y sucederá
que a la hora de la tarde habrá luz.
Lo curioso es que en el día habrá oscuridad, pero en la
tarde habrá luz, que seguramente emanará del Señor (Apoc. 21:23; Isa. 60:19-20).
Como ya vimos anteriormente, Joel profetizó lo mismo sobre
ese día…
(Joel 3:14-17) Multitudes,
multitudes en el valle de la decisión. Porque cerca está el día del SEÑOR en el
valle de la decisión. (15) El sol y la luna se oscurecen, y las
estrellas pierden su resplandor. (16) El SEÑOR ruge desde Sion y desde Jerusalén da
su voz, y tiemblan los cielos y la tierra. Pero el SEÑOR es refugio para su
pueblo y fortaleza para los hijos de Israel.
(17) Entonces sabréis que yo soy
el SEÑOR vuestro Dios, que habito en Sion, mi santo monte. Y Jerusalén será
santa, y los extranjeros no pasarán más por ella.
El Señor no sólo se va a manifestar con luz, sino también
con agua…
AGUAS VIVAS
(Zac. 14:8) En aquel día
sucederá que brotarán aguas vivas de Jerusalén, una mitad hacia el mar oriental
y la otra mitad hacia el mar occidental, será lo mismo en verano que en
invierno.
También Joel y Ezequiel profetizaron sobre este río que
saldrá del Templo…
(Joel 3:18) Y sucederá que en
aquel día los montes destilarán vino dulce, las colinas manarán leche, y por
todos los arroyos de Judá correrán las aguas; brotará un manantial de la casa
del SEÑOR y regará el valle de Sitim.
(Ezequiel 47:1-12) Después me hizo
volver a la entrada del templo; y he aquí, brotaban aguas de debajo del umbral
del templo hacia el oriente, porque la fachada del templo daba hacia el
oriente. Y las aguas descendían de debajo, del lado derecho del templo, al sur
del altar. (2) Me sacó por la puerta del norte y me hizo dar
la vuelta por fuera hasta la puerta exterior, por la puerta que da al oriente.
Y he aquí, las aguas fluían del lado sur.
(3) Cuando el hombre salió hacia
el oriente con un cordel en la mano, midió mil codos, y me hizo pasar por las
aguas, con el agua hasta los tobillos.
(4) Midió otros mil, y me hizo
pasar por las aguas, con el agua hasta las rodillas. De nuevo midió otros mil y
me hizo pasar por las aguas, con el agua hasta la cintura. (5) Y
midió otros mil; y ya era un río que yo no pude vadear, porque las aguas habían
crecido, aguas que tenían que pasarse a nado, un río que no se podía
vadear. (6) Entonces me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre?
Me llevó y me hizo volver a la orilla del río.
(7) Y cuando volví, he aquí, en
la orilla del río había muchísimos árboles a uno y otro lado. (8) Y
me dijo: Estas aguas salen hacia la región oriental y descienden al Arabá;
luego siguen hacia el mar y desembocan en el mar; entonces las aguas del mar
quedan purificadas. (9) Y sucederá que dondequiera que pase el río,
todo ser viviente que en él se mueve, vivirá. Y habrá muchísimos peces, porque
estas aguas van allá, y las otras son purificadas; así vivirá todo por donde
pase el río. (10) Y junto a él se pararán los pescadores, y
desde En-gadi hasta En-eglaim habrá un lugar para tender las redes. Sus peces
serán según sus especies, como los peces del mar Grande, numerosísimos. (11)
Pero sus pantanos y marismas no serán purificados; serán dejados para
salinas. (12) Junto al río, en su orilla, a uno y otro
lado, crecerán toda clase de árboles que den fruto para comer. Sus hojas no se
marchitarán, ni faltará su fruto. Cada mes darán fruto porque sus aguas fluyen
del santuario; su fruto será para comer y sus hojas para sanar.
Este río no sólo estará durante el Milenio, sino también en
la Nueva Jerusalén, cuando el Señor haga nuevos cielos y nueva tierra…y lo
mismo aplica a la luz que emana del Señor…
(Apoc. 22:1-5) Y me mostró un río
de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y
del Cordero, (2) en medio de la calle de la ciudad. Y a cada
lado del río estaba el árbol de la vida, que produce doce clases de fruto, dando su fruto cada mes; y las hojas
del árbol eran para sanidad de las naciones.
(3) Y ya no habrá más maldición;
y el trono de Dios y del Cordero estará allí, y sus siervos le servirán. (4)
Ellos verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. (5) Y
ya no habrá más noche, y no tendrán necesidad de luz de lámpara ni de luz del
sol, porque el Señor Dios los iluminará, y reinarán por los siglos de los
siglos.
El agua surge del trono de Dios, y la luz emana de la
Presencia del Señor.
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