miércoles, 27 de agosto de 2014

Conceptos de la Ley: Torá y Mandamientos (I)

(Día 2)

Antes de entrar a estudiar el Salmo 119, primero debemos definir ciertos conceptos sobre la Ley de Dios, los cuales se mencionan repetidamente a lo largo del salmo: mandamientos, ordenanzas, estatutos, testimonios, preceptos, decretos, juicios, camino, etc.  Estos conceptos están relacionados, pero no son iguales.  A continuación trataremos de definir cada uno, a pesar de la dificultad que presenta la traducción (pues las palabras en hebreo no siempre se traducen con la misma palabra en español).



1. TORÁ
(Ley)
La palabra que se traduce como “Ley”, en hebreo es: Torá, que literalmente significa “enseñanza, instrucción”.  La Torá es la enseñanza básica que Dios dio a Su Pueblo para enseñarnos a cómo vivir bien.  En pocas palabras, la Torá es el manual de vida para que nos vaya bien.
(Deuteronomio 29:29)  Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios;  mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley (heb. Torá).

¿Dónde encontramos este manual, estas instrucciones de Dios?  La Ley de Dios (Torá) se encuentra delineada en los primeros cinco libros de la Biblia: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio (en español se conoce como Pentateuco).  Esta es la base de toda la Biblia. 

Algunos citan a Pablo para aducir que la Torá ya no está vigente a partir de Jesús, pero esa no es una correcta interpretación.  Cuando Pablo escribió: “Porque Cristo es el fin de la ley para justicia a todo aquel que cree.” (Rom. 10:4), no quiso decir que la Ley se había acabado.  La palabra “fin” (en griego Telos) no se refiere a la “terminación”, sino a la meta, al objetivo.  En griego, Telos significa: propósito, meta, objetivo, resultado.  (Nota: Lo que Pablo sí aclaró en sus epístolas es que no somos salvos por obediencia, sino por fe en Cristo Jesús.  Luego de creer por fe, honramos a Dios con nuestra obediencia.  Pero una cosa no anula la otra; la fe no anula la obediencia—Rom. 3:31).

Como Jesús mismo dijo, Él no vino para abolir la ley, sino para cumplirla:
(Mateo 5:17-19)  No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir. (18) Porque en verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde de la ley hasta que toda se cumpla. (19) Cualquiera, pues, que anule uno solo de estos mandamientos, aun de los más pequeños, y así lo enseñe a otros, será llamado muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera que los guarde y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.

Dentro de la Torá están escritos los mandamientos, estatutos, juicios, decretos, preceptos, camino, testimonios, que Dios dio a Su Pueblo.  Iremos definiendo cada uno de estos conceptos…

2. MITZVÁ (pl. Mitzvot)
(Mandamiento)
El diccionario define “mandamiento” como la orden que da un superior a sus subordinados para que sea obedecida, observada y ejecutada.  Este concepto también aplica a la Biblia.  Los mandamientos son las órdenes dadas por Dios a Su Pueblo para que vivan según el diseño divino. 
(Proverbios 7:1-2)  Hijo mío, guarda mis palabras, y atesora mis mandamientos (heb. Mitzvot) contigo. (2) Guarda mis mandamientos (heb. Mitzvot) y vivirás, y mi enseñanza (heb. Torá) como la niña de tus ojos.

Mandamiento (heb. Mitzvot) es lo que Dios manda.  La respuesta nuestra es la obediencia, no sólo porque nos conviene (para que nos vaya bien), sino por amor.
Jesús dijo:
(Juan 14:15)  Si me amáis, guardaréis mis mandamientos.
(Juan 14:21)  El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre; y yo lo amaré y me manifestaré a él.
(Juan 15:14)  Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando.

Mañana veremos otros conceptos de la Ley de Dios: Juicios, decretos, estatutos…

Oremos…
Señor, te pido perdón si en mi ignorancia he rechazado tu Ley. Hoy reconozco que la Torá (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio) es Tu Palabra, y abro mis brazos para recibir este regalo que nos diste.  Abro mi mente, corazón y espíritu para recibir Tu Verdad.

Señor, te agradezco por tu misericordia, pues no demandaste que fuéramos perfectos para entrar a tu Reino; nos diste la entrada con la sangre preciosa del Cordero de Dios.  Ahora me toca obedecerte, porque te he reconocido no sólo como mi Salvador, sino también como el Señor de mi vida.  Lo haré no sólo por conveniencia, sino que por amor guardaré tus mandamientos. 

Señor, Tu Palabra nos dice que seamos fuertes y valientes, pues no siempre es fácil cumplir tu Ley.  Me esforzaré y haré todo lo posible por guardar tus mandamientos.  No me desviaré ni a derecha ni a izquierda. Tu Palabra no se apartará de mi boca, sino que meditaré en ella de día y de noche, para que cuidar de hacer todo lo que en ella está escrito.  Sé que al hacerlo, harás prosperar mi camino. Gracias, Señor, porque Tú nos das el querer como el hacer, por Tu Buena Voluntad.

[1 Pedro 1:18-19; Juan 14:15; Josué 1:6-9; Filipenses 2:13] 


“La ley de Yehová es perfecta,
que restaura el alma…
El mandamiento de Yehová es puro,
que alumbra los ojos.” 

(Salmo 19:7-8)

2 comentarios:

  1. Acá unas brujas ponen una lámpara de 2000 wats en los ojos. Mi hijo y un niño de 4 años no duermen legalmente bien . Lámparas para alumbrar una calle.Deben buscar otra frase en lugar de iluminar la mente. No todos respetan la Palabra de Dios. Y es bueno saberlo para q a los q respetan sinceramente a Dios no se afecte el derecho a tener una fe y no se hieran sentimientos dolorosamente.

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  2. Acá unas brujas ponen una lámpara de 2000 wats en los ojos. Mi hijo y un niño de 4 años no duermen legalmente bien . Lámparas para alumbrar una calle.Deben buscar otra frase en lugar de "iluminar la menteo los ojos". No todos respetan la Palabra de Dios.

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