(Día 2)
Antes de entrar a estudiar el Salmo 119,
primero debemos definir ciertos conceptos sobre la Ley de Dios, los cuales se
mencionan repetidamente a lo largo del salmo: mandamientos, ordenanzas,
estatutos, testimonios, preceptos, decretos, juicios, camino, etc. Estos conceptos están relacionados, pero no
son iguales. A continuación trataremos
de definir cada uno, a pesar de la dificultad que presenta la traducción (pues
las palabras en hebreo no siempre se traducen con la misma palabra en español).
1. TORÁ
(Ley)
La palabra que se
traduce como “Ley”, en hebreo es: Torá, que literalmente significa “enseñanza,
instrucción”. La Torá es la
enseñanza básica que Dios dio a Su Pueblo para enseñarnos a cómo vivir
bien. En pocas palabras, la Torá es el
manual de vida para que nos vaya bien.
(Deuteronomio 29:29) Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro
Dios; mas las reveladas son para
nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las
palabras de esta ley (heb.
Torá).
¿Dónde
encontramos este manual, estas instrucciones de Dios? La Ley de Dios (Torá) se encuentra delineada
en los primeros cinco libros de la Biblia: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y
Deuteronomio (en español se conoce como Pentateuco). Esta es la base de toda la Biblia.
Algunos citan a
Pablo para aducir que la Torá ya no está vigente a partir de Jesús, pero esa no
es una correcta interpretación. Cuando
Pablo escribió: “Porque Cristo es el fin de la ley para
justicia a todo aquel que cree.” (Rom. 10:4), no quiso decir que la Ley
se había acabado. La palabra “fin” (en griego Telos) no se
refiere a la “terminación”, sino a la meta, al objetivo. En griego, Telos significa: propósito,
meta, objetivo, resultado. (Nota: Lo que
Pablo sí aclaró en sus epístolas es que no somos salvos por obediencia, sino
por fe en Cristo Jesús. Luego de creer
por fe, honramos a Dios con nuestra obediencia.
Pero una cosa no anula la otra; la fe no anula la obediencia—Rom. 3:31).
Como Jesús mismo dijo,
Él no vino para abolir la ley, sino para cumplirla:
(Mateo 5:17-19)
No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido
para abolir, sino para cumplir. (18) Porque en verdad os digo que hasta que
pasen el cielo y la tierra, no se perderá ni la letra más pequeña ni una tilde
de la ley hasta que toda se cumpla. (19) Cualquiera, pues, que anule uno solo
de estos mandamientos, aun de los más pequeños, y así lo enseñe a otros, será
llamado muy pequeño en el reino de los cielos; pero cualquiera que los guarde y
los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.
Dentro de la Torá
están escritos los mandamientos, estatutos, juicios, decretos, preceptos, camino,
testimonios, que Dios dio a Su Pueblo.
Iremos definiendo cada uno de estos conceptos…
2. MITZVÁ (pl. Mitzvot)
(Mandamiento)
El diccionario
define “mandamiento” como la orden que da un superior a sus subordinados
para que sea obedecida, observada y ejecutada.
Este concepto también aplica a la Biblia. Los mandamientos son las órdenes dadas por
Dios a Su Pueblo para que vivan según el diseño divino.
(Proverbios 7:1-2) Hijo mío, guarda mis palabras, y atesora mis
mandamientos (heb.
Mitzvot) contigo. (2) Guarda mis mandamientos (heb. Mitzvot) y vivirás, y mi enseñanza (heb. Torá) como la
niña de tus ojos.
Mandamiento (heb. Mitzvot) es lo que
Dios manda. La respuesta nuestra es la
obediencia, no sólo porque nos conviene (para que nos vaya bien), sino por
amor.
Jesús dijo:
(Juan 14:15)
Si me amáis, guardaréis mis mandamientos.
(Juan 14:21)
El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que
me ama será amado por mi Padre; y yo lo amaré y me manifestaré a él.
(Juan 15:14)
Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando.
Mañana veremos otros conceptos de la Ley de
Dios: Juicios, decretos, estatutos…
Oremos…
Señor, te pido perdón si en mi ignorancia he
rechazado tu Ley. Hoy reconozco que la
Torá (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio) es Tu Palabra, y abro
mis brazos para recibir este regalo que nos diste. Abro mi mente, corazón y espíritu para
recibir Tu Verdad.
Señor, te agradezco por tu misericordia, pues
no demandaste que fuéramos perfectos para entrar a tu Reino; nos diste la
entrada con la sangre preciosa del Cordero de Dios. Ahora me toca obedecerte, porque te he
reconocido no sólo como mi Salvador, sino también como el Señor de mi
vida. Lo haré no sólo por conveniencia,
sino que por amor guardaré tus mandamientos.
Señor, Tu Palabra nos dice que seamos fuertes y
valientes, pues no siempre es fácil cumplir tu Ley. Me esforzaré y haré todo lo posible por guardar
tus mandamientos. No me desviaré ni a
derecha ni a izquierda. Tu Palabra no se apartará de mi boca, sino que meditaré
en ella de día y de noche, para que cuidar de hacer todo lo que en ella está
escrito. Sé que al hacerlo, harás
prosperar mi camino. Gracias, Señor, porque Tú nos das el querer como el hacer,
por Tu Buena Voluntad.
[1 Pedro 1:18-19; Juan 14:15; Josué 1:6-9;
Filipenses 2:13]
“La ley de
Yehová es perfecta,
que restaura
el alma…
El
mandamiento de Yehová es puro,
que alumbra
los ojos.”
(Salmo
19:7-8)
Acá unas brujas ponen una lámpara de 2000 wats en los ojos. Mi hijo y un niño de 4 años no duermen legalmente bien . Lámparas para alumbrar una calle.Deben buscar otra frase en lugar de iluminar la mente. No todos respetan la Palabra de Dios. Y es bueno saberlo para q a los q respetan sinceramente a Dios no se afecte el derecho a tener una fe y no se hieran sentimientos dolorosamente.
ResponderEliminarAcá unas brujas ponen una lámpara de 2000 wats en los ojos. Mi hijo y un niño de 4 años no duermen legalmente bien . Lámparas para alumbrar una calle.Deben buscar otra frase en lugar de "iluminar la menteo los ojos". No todos respetan la Palabra de Dios.
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