(Día 34)
La siguiente estrofa está relacionada con la
letra Pe (פ) …
Salmo 119: 129-136. Pe
(130) La exposición de tus palabras [Dabar] alumbra; hace entender a los simples.
(131) Mi boca abrí y suspiré, porque deseaba tus mandamientos [Mitzvot].
(132) Mírame, y ten misericordia de mí, como acostumbras con los que aman
tu nombre.
(133) Ordena mis pasos con tu palabra [Imra], y ninguna iniquidad se enseñoree de mí.
(134) Líbrame de la violencia de los hombres, y guardaré tus mandamientos [Pikudim].
(135) Haz que tu rostro resplandezca sobre tu siervo, y enséñame tus
estatutos [Jukim].
(136) Ríos de agua descendieron de mis ojos, porque no guardaban tu ley [Tora].
El salmista comienza reconociendo que los
testimonios de Dios son maravillosos (heb. Pele, también:
sorprendentes, admirables). Pero esa admiración no suele llegar a primera vista. El salmista dice que los “guardó” (heb. Netzer)
en su alma, que también podría traducirse como: proteger, mantener, conservar, esconder. Los testimonios de Dios son muy ricos en
significado, y siempre nos sorprenderán con mayor revelación cuando meditemos
en ellos. Un ejemplo de ellos son las fiestas, que tienen una riqueza
impresionante y cada año nos sorprende con mayor revelación.
Para entender la Ley de Dios no se necesita ser
muy inteligente o un genio; simplemente se necesita un corazón humilde y
dispuesto a aprender. Por eso el
salmista dice: La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los
simples.” (119:130).
(Salmo 19:7)
La
ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es
fiel, que hace sabio al sencillo.
El salmista sabe muy bien que a veces es
difícil para el ser humano guardar los mandamientos. Por eso él ora pidiendo que ninguna iniquidad
se enseñoree de él (119:133). Pablo entendía
bien este conflicto interno del hombre, y escribió lo siguiente:
(Romanos 6:12-14) No reine, pues, el pecado en vuestro
cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; (13) ni
tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad,
sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y
vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. (14) Porque el pecado
no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
Pablo explica que “estar bajo la gracia” no
significa seguir en pecado, sino reconocer que Dios perdona a quien se
arrepiente y le da la gracia para no pecar más.
(Romanos 6:15-18) ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no
estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. (16) ¿No sabéis
que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de
aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia
para justicia? (17) Pero gracias a Dios,
que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella
forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; (18) y libertados del pecado,
vinisteis a ser siervos de la justicia.
Oremos…
Yehová, tú eres mi Dios; te exaltaré, alabaré
tu nombre, porque has hecho maravillas;
tus consejos antiguos son verdad y firmeza. Dichosos son los que guardan sus testimonios,
y con todo el corazón te buscan.
Dios mío, te pido que me des un corazón nuevo, y
pongas un espíritu nuevo dentro de mí. Quita
de mí el corazón de piedra, y dame un corazón de carne; pon dentro de mí tu Espíritu
Santo, para que pueda andar en tus estatutos y guarde tus preceptos, y los ponga
por obra.
Señor, reconozco que no he sido perfecto en mi
camino, y me arrepiento. Pero sé que Tú
eres bueno y recto, y enseñarás a los pecadores el camino. Porque el mandamiento es lámpara, y la
enseñanza es luz, y camino de vida las reprensiones que me instruyen. Encaminarás
a los humildes por el juicio, y guiarás a los mansos su carrera. La exposición de tus palabras me imparte luz,
y me da entendimiento aunque yo fuese sencillo. Afirma mis pasos en tu palabra,
y que ninguna iniquidad me domine. Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo,
y enséñame tus estatutos.
[Isaías 25:1; Salmo119:2; Ezequiel 36:26-27; Salmos
25:8-10; Proverbios 6:23; Salmo 119:129-136]
Bendiciones
ResponderEliminarMuy agradecida de este breve estudio de salmos 119 pues la meditacion ha sido muy clara la cual pude entender y aplicar a mi vida para compartirla con otras personas.