(Día 35)
La siguiente estrofa del Salmo 119 está
relacionada con la letra Tzade (צ) …
Salmo 119: 137-144. Tzade
(138) Tus testimonios [Edot], que has
recomendado, son rectos y muy fieles.
(139) Mi celo me ha consumido, porque mis enemigos se olvidaron de tus
palabras [Dabar].
(140) Sumamente pura es tu palabra [Imra], y la ama tu siervo.
(141) Pequeño soy yo, y desechado, mas no me he olvidado de tus
mandamientos [Pikudim].
(142) Tu justicia es justicia eterna, y tu ley [Tora] la verdad.
(143) Aflicción y angustia se han apoderado de mí, mas tus mandamientos [Mizvot] fueron mi
delicia.
(144) Justicia eterna son tus testimonios [Edot]; dame
entendimiento, y viviré.
El tema principal de esta estrofa es la
justicia (heb. Tzedaka). Este
es uno de los conceptos acerca de Dios que al hombre más le cuesta comprender.
Lo que es considerado “justo” no es igual para
el hombre que para Dios. El mundo define
su propia justicia (tal como lo hicieron Adán y Eva en el Jardín del Edén);
pero la verdadera justicia viene de Dios, quien hizo los cielos y la Tierra. Dios es quien determina qué es bueno y justo. Basado en ello, juzgará a todos y les pedirá
cuentas, pero no lo hará sin antes darnos la oportunidad de arrepentirnos).
(Ezequiel 18:29-32) Pero la casa de Israel dice:
"El camino del Señor no es recto." ¿No son rectos mis caminos, oh
casa de Israel? ¿No son vuestros caminos los que no son rectos? (30) Por tanto,
os juzgaré, a cada uno conforme a su conducta, oh casa de Israel—declara el
Señor Dios. Arrepentíos y apartaos de todas vuestras transgresiones, para que
la iniquidad no os sea piedra de tropiezo. (31) Arrojad de vosotros todas las
transgresiones que habéis cometido, y haceos un corazón nuevo y un espíritu
nuevo. ¿Por qué habéis de morir, casa de Israel? (32) Pues yo no me complazco en la muerte de nadie
–declara el Señor Dios. Arrepentíos y vivid.
Algo que confunde a mucha gente es por qué Dios
permite que los impíos prosperen. Si
Dios es justo, ¿por qué no interviene en el mundo y castiga a los malos? La razón es simple: porque a todos da la
oportunidad de arrepentirse. Dios no
sólo es justo sino misericordioso. De hecho, todos nos beneficiamos de esta
bondad divina, porque todos hemos fallado de una manera u otra, y todos hubiéramos
muerto de no ser por la misericordia de Dios.
(2 Pedro 3:9-13) El Señor no se tarda en cumplir su
promesa, según algunos entienden la tardanza, sino que es paciente para con
vosotros, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al
arrepentimiento. (10) Pero el día del Señor vendrá como ladrón, en el cual los
cielos pasarán con gran estruendo, y los elementos serán destruidos con fuego
intenso, y la tierra y las obras que hay en ella serán quemadas. (11) Puesto
que todas estas cosas han de ser destruidas de esta manera, ¡qué clase de
personas no debéis ser vosotros en santa conducta y en piedad, (12) esperando y
apresurando la venida del día de Dios, en el cual los cielos serán destruidos
por fuego y los elementos se fundirán con intenso calor! (13) Pero, según su
promesa, nosotros esperamos nuevos cielos y nueva tierra, en los cuales mora la
justicia.
La justicia y la misericordia de Dios van de la
mano. No hay una sin la otra. Sólo Dios puede balancear ambas de forma tan
perfecta.
(Salmo 145:17-20) Justo es Jehová en todos sus
caminos, y misericordioso en todas sus obras. (18) Cercano está Jehová a todos
los que le invocan, a todos los que le invocan de veras. (19) Cumplirá el deseo
de los que le temen; oirá asimismo el clamor de ellos, y los salvará. (20) Jehová
guarda a todos los que le aman, mas destruirá a todos los impíos.
El salmista dice que la Palabra de Dios es
sumamente “pura”. En hebreo se usa la
palabra: Tzaraf, que literalmente significa: refinada. Los metales preciosos se purifican con
fuego. En las pruebas de la vida sale a
luz la verdad de la Palabra de Dios; allí se prueba mejor que nunca que lo que
Dios ha dicho es verdad.
Oremos…
Gracias, Señor, por tu justicia, que es
perfecta, más de lo que pueda yo entender.
Tú eres mi Roca, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son
rectitud.
Dios de verdad, ninguna iniquidad hay en Ti,
pues eres justo y recto.
Tú eres el Juez de toda la tierra, por lo
tanto, ¿no harás lo que es justo? Lejos
de ti el hacer morir al justo con el impío, y que sea el justo tratado como el
impío; nunca tal hagas. Justo eres tú, Yehová,
y rectos tus juicios.
Aunque yo sea pequeño y despreciado, nunca me
olvidaré de tus preceptos. Aunque pase
por angustia y aflicción, encontraré deleite en tus mandamientos. Tus testimonios son justos para siempre; dame
entendimiento para que yo viva. Tu justicia
es justicia eterna, y tu ley verdad.
Grandes y maravillosas son tus obras, Señor
Dios Todopoderoso. Justos y verdaderos
son tus caminos, Rey de los santos. ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? Pues sólo tú eres santo; por lo cual todas
las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado.
[Deuteronomio 32:4; Génesis 18:25; Apocalipsis
15:3-4; Salmo 119:137-144]
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