(Día 26)
La estrofa Caf (כ) termina así…
Salmo 119:84-88
(84) ¿Cuántos son los días de tu siervo? ¿Cuándo harás juicio [Mishpat] contra los
que me persiguen?
(85) Los soberbios me han cavado
hoyos; mas no proceden según tu ley [Torá].
(86) Todos tus mandamientos [Mitzvot] son
verdad; sin causa me persiguen; ayúdame.
(87) Casi me han echado por tierra,
pero no he dejado tus mandamientos [Pikudim].
(88) Vivifícame conforme a tu
misericordia, y guardaré los testimonios [Edot] de tu boca.
Quienes conocen a Dios, saben que Él es
Justo. Esto implica que dará a cada uno
lo que merece, recompensa al justo y castigo al impío. Pero, por la misericordia de Dios, el juicio
no viene en forma inmediata, sino tiene un tiempo de espera para dar a todos la
oportunidad de arrepentirse (2 Pedro 3:9).
Al impío seguramente no le importa ese tiempo de espera, porque es para
su beneficio; pero a veces el justo se inquieta porque llega a preguntarse:
¿Cuándo hará Dios justicia? Esta es la pregunta que se hace el salmista en esta
estrofa Caf:
(Salmo 119:84) ¿Cuántos son los días de tu siervo?
¿Cuándo harás juicio contra los que me persiguen?
El salmista está preocupado no sólo por la
injusticia sino también por el agravio que sufre de parte de los pecadores
(119: 85-87). Típicamente los impíos no
se contentan con pecar solos, sino quieren que los demás hagan lo mismo, para
no sentirse mal y así justificarse. La
vida del justo les molesta porque les recuerda el mal que están haciendo. Por eso los impíos instan a los demás a hacer
lo mismo que ellos.
A esto se refiere el salmista cuando dice: “los
soberbios me han cavado hoyos” (119:85).
Los cazadores cavan hoyos para cazar animales grandes. Cubren los hoyos con ramas y hojas para engañar
la vista. Luego ponen una carnada para
tentarlos a acercarse. Cuando los
animales detectan la carnada, se salen del camino y caen en la trampa que les
fue tendida. De la misma manera, los
impíos ponen trampas a los justos para hacerlos caer. ¿Qué puede hacer un
justo? La respuesta es mantenerse firme
en el Buen Camino, y no desviarse. Si
uno cede ante los argumentos del impío, uno caerá con él; pero si uno se
mantiene del lado de Dios, Él lo defenderá, y el mal le será devuelto al impío.
(Salmo 7:14-16)
He aquí, el impío concibió maldad,
se preñó de iniquidad, y dio a luz engaño. (15)
Pozo ha cavado, y lo ha ahondado; y en el hoyo que hizo caerá.
(16) Su iniquidad volverá sobre su
cabeza, y su agravio caerá sobre su propia coronilla.
Oremos…
Dios mío, Tú eres juez justo; sé que no
favoreces la impiedad, pero también eres misericordioso. Tú no retardas tu promesa, según algunos la
tienen por tardanza, sino que eres paciente para con nosotros, no queriendo que
ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Sin embargo, si el impío no se arrepiente, sé
que Tú harás justicia.
Señor, Tú no pasarás por alto la maldad. He aquí, el impío concibió maldad, se preñó
de iniquidad, y dio a luz engaño. Pozo
ha cavado, y lo ha ahondado para hacer caer al justo. Por favor, Dios mío, dame
discernimiento para no caer en la trampa y en la tentación.
Disputa, oh Yehová, con los que contra mí
contienden; pelea contra los que me combaten.
Levántate en mi ayuda y cierra filas contra mis perseguidores. Di a mi alma: Yo soy tu salvación. Sean avergonzados y confundidos los que
buscan mi vida; sean vueltos atrás y avergonzados los que mi mal intentan. Sea
su camino tenebroso y resbaladizo, y el ángel de Jehová los persiga. Porque sin causa escondieron para mí su red
en un hoyo; sin causa cavaron hoyo para mi alma. Su iniquidad volverá sobre su cabeza, y su
agravio caerá sobre su propia coronilla. Y en el hoyo que el impío hizo, en él caerá.
Alabaré a Yehová conforme a su justicia, y
cantaré al nombre de Yehová el Altísimo. Yo no abandoné tus preceptos, pues todos tus
mandamientos son fieles. Vivifícame
conforme a tu misericordia, para que guarde el testimonio de tu boca. Mi alma
se alegrará en Ti, Señor, y se regocijará en Tu salvación.
[Salmo 7:11-17; 2 Pedro 3:9; Salmo 35:1-9;
Salmo 119:85-88]
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