sábado, 20 de septiembre de 2014

Salmo 119:84-88. CAF (b)

(Día 26)

La estrofa Caf (כ) termina así…

Salmo 119:84-88
(84) ¿Cuántos son los días de tu siervo? ¿Cuándo harás juicio [Mishpat] contra los que me persiguen?
(85)  Los soberbios me han cavado hoyos; mas no proceden según tu ley [Torá].
(86)  Todos tus mandamientos [Mitzvot] son verdad; sin causa me persiguen;  ayúdame.
(87)  Casi me han echado por tierra, pero no he dejado tus mandamientos [Pikudim].
(88)  Vivifícame conforme a tu misericordia, y guardaré los testimonios [Edot] de tu boca.

Quienes conocen a Dios, saben que Él es Justo.  Esto implica que dará a cada uno lo que merece, recompensa al justo y castigo al impío.  Pero, por la misericordia de Dios, el juicio no viene en forma inmediata, sino tiene un tiempo de espera para dar a todos la oportunidad de arrepentirse (2 Pedro 3:9).  Al impío seguramente no le importa ese tiempo de espera, porque es para su beneficio; pero a veces el justo se inquieta porque llega a preguntarse: ¿Cuándo hará Dios justicia? Esta es la pregunta que se hace el salmista en esta estrofa Caf:
(Salmo 119:84) ¿Cuántos son los días de tu siervo? ¿Cuándo harás juicio contra los que me persiguen?

El salmista está preocupado no sólo por la injusticia sino también por el agravio que sufre de parte de los pecadores (119: 85-87).  Típicamente los impíos no se contentan con pecar solos, sino quieren que los demás hagan lo mismo, para no sentirse mal y así justificarse.  La vida del justo les molesta porque les recuerda el mal que están haciendo.  Por eso los impíos instan a los demás a hacer lo mismo que ellos. 

A esto se refiere el salmista cuando dice: “los soberbios me han cavado hoyos” (119:85).  Los cazadores cavan hoyos para cazar animales grandes.  Cubren los hoyos con ramas y hojas para engañar la vista.  Luego ponen una carnada para tentarlos a acercarse.  Cuando los animales detectan la carnada, se salen del camino y caen en la trampa que les fue tendida.  De la misma manera, los impíos ponen trampas a los justos para hacerlos caer. ¿Qué puede hacer un justo?  La respuesta es mantenerse firme en el Buen Camino, y no desviarse.  Si uno cede ante los argumentos del impío, uno caerá con él; pero si uno se mantiene del lado de Dios, Él lo defenderá, y el mal le será devuelto al impío.
(Salmo 7:14-16)  He aquí,  el impío concibió maldad, se preñó de iniquidad, y dio a luz engaño. (15)  Pozo ha cavado, y lo ha ahondado; y en el hoyo que hizo caerá.
(16)  Su iniquidad volverá sobre su cabeza, y su agravio caerá sobre su propia coronilla.




Oremos…
Dios mío, Tú eres juez justo; sé que no favoreces la impiedad, pero también eres misericordioso.  Tú no retardas tu promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que eres paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.  Sin embargo, si el impío no se arrepiente, sé que Tú harás justicia. 
Señor, Tú no pasarás por alto la maldad.  He aquí, el impío concibió maldad, se preñó de iniquidad, y dio a luz engaño.  Pozo ha cavado, y lo ha ahondado para hacer caer al justo. Por favor, Dios mío, dame discernimiento para no caer en la trampa y en la tentación.
Disputa, oh Yehová, con los que contra mí contienden; pelea contra los que me combaten.  Levántate en mi ayuda y cierra filas contra mis perseguidores.  Di a mi alma: Yo soy tu salvación.  Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida; sean vueltos atrás y avergonzados los que mi mal intentan. Sea su camino tenebroso y resbaladizo, y el ángel de Jehová los persiga.  Porque sin causa escondieron para mí su red en un hoyo; sin causa cavaron hoyo para mi alma.  Su iniquidad volverá sobre su cabeza, y su agravio caerá sobre su propia coronilla. Y en el hoyo que el impío hizo, en él caerá. 
Alabaré a Yehová conforme a su justicia, y cantaré al nombre de Yehová el Altísimo.  Yo no abandoné tus preceptos, pues todos tus mandamientos son fieles.  Vivifícame conforme a tu misericordia, para que guarde el testimonio de tu boca. Mi alma se alegrará en Ti, Señor, y se regocijará en Tu salvación. 


[Salmo 7:11-17; 2 Pedro 3:9; Salmo 35:1-9; Salmo 119:85-88]

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