domingo, 21 de septiembre de 2014

Salmo 119:89-92. LAMED

(Día 27)

Hoy comenzamos una nueva estrofa basada en la letra hebrea Lamed (ל)

Salmo 119:89-92. Lamed

(89)  Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra [Dabar] en los cielos.
(90)  De generación en generación es tu fidelidad [Emuná]; Tú afirmaste la tierra,  y subsiste.
(91)  Por tu ordenación [Mishpat] subsisten todas las cosas hasta hoy, pues todas ellas te sirven.
(92)  Si tu ley [Torá] no hubiese sido mi delicia, ya en mi aflicción hubiera perecido.

Es un gran alivio para los creyentes saber que la Palabra de Dios es eterna.  Jesús dijo:
(Mateo 24:35)  El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

La Biblia nos enseña que Dios no sólo creó el universo, sino lo sostiene.  ¡Qué alivio da saber que Dios está en control!
(Isaías 40:21-31) ¿No sabéis? ¿No habéis oído? ¿Nunca os lo han dicho desde el principio? ¿No habéis sido enseñados desde que la tierra se fundó? (22)  El está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar.  (23) El convierte en nada a los poderosos, y a los que gobiernan la tierra hace como cosa vana.  (24) Como si nunca hubieran sido plantados, como si nunca hubieran sido sembrados, como si nunca su tronco hubiera tenido raíz en la tierra; tan pronto como sopla en ellos se secan, y el torbellino los lleva como hojarasca.  (25) ¿A qué, pues, me haréis semejante o me compararéis? dice el Santo.  (26) Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; él saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio.  (27) ¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tú, Israel: Mi camino está escondido de Jehová, y de mi Dios pasó mi juicio?  (28) ¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance.  (29) El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.  (30) Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; (31) pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.

La Palabra de Dios es eterna, y la fidelidad del Señor es para siempre. 
La palabra traducida como “fidelidad”, en hebreo es: Emuná.  Literalmente significa: firmeza; también seguridad, fidelidad, fe, estabilidad, verdad, certeza.

Dios muestra su “emuná” siendo fiel, cumpliendo Su Palabra.  Nosotros mostramos nuestra “emuná” teniendo fe en Dios, creyendo en su Palabra, y poniéndola en práctica.



Oremos…
Yehová, Tú eres el Creador de los cielos y la tierra, y das aliento a todo ser humano.  Tú eres mi Creador y quien me formó, por lo tanto no temeré. 
Cuando pase por las aguas, Tú estarás conmigo y no me anegarán.  Cuando pase por el fuego, no me quemarán, ni la llama arderá en mí, porque Tú eres mi Salvador, el Santo de Israel. Tú me pusiste un nombre nuevo, y Tuyo soy. 
Señor, descanso en el conocimiento que Tu Palabra es firme en los cielos y tu fidelidad es permanece para siempre en la Tierra. Somos hechura Tuya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales preparaste de antemano para que anduviésemos en ellas. Si tu ley no hubiera sido mi deleite, habría perecido en mi aflicción. 


[Isaías 42:5; Isaías 43:1-3; Salmo 119:89-92; Efesios 2:10]

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