lunes, 23 de febrero de 2015

Subamos al Monte


Cuando la Biblia habla de ir a Jerusalén, siempre se refiere a “un ascenso”. Ir a Jerusalén siempre implica “subir”, tanto en un sentido físico como espiritual.  Geográficamente, Jerusalén se encuentra en lo alto de las montañas de Judea. Ya sea que uno venga de las planicies de la costa, del desierto o de Samaria, siempre subiremos cuando vamos a Jerusalén.  En un sentido espiritual, la Ciudad Santa representa el lugar más alto, y el resto del mundo está abajo.  

El retorno de los exiliados a Israel se conoce como “Aliyá”, que literalmente significa: subida o ascenso.  A la persona que realiza la aliyá se le conoce como “Olé” (fem. Olá). Lo opuesto al aliyá es: “Yeridá” que literalmente significa: descenso.  Estos términos no son modernos, sino que se remontan a tiempos bíblicos. Cuando la Biblia habla de ir a Jerusalén, siempre se refiere a “subir” (Esd. 1:5; Zac. 14:16); en contraste, uno “baja” a Egipto (Isa 30:1-2) o Babilonia (Isa. 47.1), o a cualquier otro lugar que no sea la Ciudad Santa.

Aunque Jerusalén está en los montes de Judea, el concepto de “subir a Jerusalén” no es sólo una cuestión de ubicación geográfica, sino de posición espiritual. En términos bíblicos, no hay lugar más alto que Jerusalén.

¿Por qué es esta la ciudad más importante? Hay muchas razones, pero la razón de más peso es porque Yehová decidió poner allí Su Nombre…

PUSO ALLÍ SU NOMBRE
De todas las ciudades del mundo, Dios escogió a Jerusalén para poner allí Su Nombre, y por ende su primacía.
(1 Reyes 11:36) Y a su hijo daré una tribu, para que mi siervo David tenga lámpara todos los días delante de mí en Jerusalén, ciudad que yo me elegí para poner en ella mi nombre.

(2 Reyes 21:4) …en la casa de Jehová, de la cual Jehová había dicho: Yo pondré mi nombre en Jerusalén.

En Jerusalén se edificó el primer Templo (por Salmón), al igual que el segundo Templo (por Zorobabel, remodelado por Herodes). Ese lugar no fue elegido por los hombres, sino por el Señor mismo.
(Salmo 132:13) Porque Jehová ha elegido a Sion; la quiso por habitación para sí.

(1 Reyes 11:13) …por amor a David mi siervo, y por amor a Jerusalén, la cual yo he elegido.

(Salmo 78:68-69) Sino que escogió la tribu de Judá, el monte de Sion, al cual amó. (69) Edificó su santuario a manera de eminencia, como la tierra que cimentó para siempre.

Aunque fue destruido el Templo por el pecado del pueblo, el Señor volverá a reedificar Su Casa en Jerusalén. Está profetizado, y se cumplirá (tal como se han ido cumpliendo todas las profecías bíblicas). En Jerusalén será levantado el último Templo, y ésta será la morada del Señor para siempre.
(Salmo 68:16) ¿Por qué observáis, oh montes altos, al monte que deseó Dios para su morada? Ciertamente Jehová habitará en él para siempre.

Aun cuando Dios haga cielos nuevos y tierra nueva (después del Milenio Mesiánico), el Señor hará descender del Cielo una Nueva Jerusalén, donde Él habitará en medio de Su Pueblo para siempre (Apoc. 21:1-5). Pero antes que esto pase, el Señor establecerá su trono en la Jerusalén terrenal. No importa quién esté ocupando Jerusalén y qué se encuentre en el Monte del Templo, la Biblia dice que la Ciudad Santa volverá a su dueño original, porque Yehová lo dijo y la Tierra es de Él (Sal. 47:2,7-8). El Señor escogió el Monte del Templo como su habitación.
(Isaías 2:2-5) Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. (3) Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. (4) Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra. (5) Venid, oh casa de Jacob, y caminaremos a la luz de Jehová.

[Nota interesante: el versículo 4 es el que las Naciones Unidas ha tomado como su lema…Pero no se han dado cuenta que esa paz sólo se logrará cuando el mundo entero se someta a Dios].

El aliyá será completo cuando no sólo los exiliados retornen a su tierra, sino cuando Jerusalén sea restaurada y el Templo sea reedificado.  Todo esto tendrá su cumplimiento total cuando el Mesías regrese y establezca su Reino en Jerusalén.
(Jeremías 30:18-22)  Así ha dicho Jehová: He aquí yo hago volver los cautivos de las tiendas de Jacob, y de sus tiendas tendré misericordia, y la ciudad será edificada sobre su colina, y el templo será asentado según su forma.  (19) Y saldrá de ellos acción de gracias, y voz de nación que está en regocijo, y los multiplicaré, y no serán disminuidos; los multiplicaré, y no serán menoscabados.  (20) Y serán sus hijos como antes, y su congregación delante de mí será confirmada; y castigaré a todos sus opresores. (21) De ella saldrá su príncipe, y de en medio de ella saldrá su señoreador; y le haré llegar cerca, y él se acercará a mí; porque ¿quién es aquel que se atreve a acercarse a mí? dice Jehová.  (22) Y me seréis por pueblo, y yo seré vuestro Dios.

Cuando el Señor llegue a Jerusalén, aún la geografía cambiara.  La profecía dice que Jerusalén será elevado sobre todo monte.
(Zacarías 14:8-11) Acontecerá también en aquel día, que saldrán de Jerusalén aguas vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el mar occidental, en verano y en invierno.  (9) Y Jehová será rey sobre toda la tierra.  En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre.  (10) Toda la tierra se volverá como llanura desde Geba hasta Rimón al sur de Jerusalén; y ésta será enaltecida, y habitada en su lugar… (11) Y morarán en ella, y no habrá nunca más maldición, sino que Jerusalén será habitada confiadamente.

Jerusalén será la ciudad más importante de todo el mundo. Y de toda Jerusalén, el lugar más importante en ella será el Monte del Templo.
(Isaías 2:2) Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones.

ALIYÁ DE LOS EXTRANJEROS
Cuando el Señor regrese y establezca su trono en Jerusalén, todos estaremos invitados a subir a Jerusalén para adorar al Rey de reyes. Aún los creyentes que no son judíos (extranjeros, o gentiles creyentes) están llamados e invitados a subir al Monte del Señor; pero la Palabra es clara al decir que no será cualquier extranjero, sino los gentiles que hayan reconocido a Yehová como su Dios y han abrazado el Pacto divino…
(Isaías 56:6-8) a los hijos de los extranjeros que sigan a Jehová para servirle, y que amen el nombre de Jehová para ser sus siervos; a todos los que guarden el día de reposo para no profanarlo, y abracen mi pacto, (7) yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos. (8) Dice Jehová el Señor, el que reúne a los dispersos de Israel: Aún juntaré sobre él a sus congregados.

El “aliyá espiritual” implica dejar atrás la vida al estilo del mundo y “subir” al estilo de vida del Reino de Dios.

Muchos de los que regresarán son de las Tribus Perdidas de Israel, las cuales fueron dispersadas por los asirios y asimiladas en las naciones a las cuales fueron llevados.  El profeta Ezequiel preguntó al Señor si Él iba a destruir completamente al remanente de Israel…
(Ezequiel 11:13) …Entonces me postré rostro a tierra y clamé con gran voz, y dije: ¡Ah, Señor Jehová! ¿Destruirás del todo al remanente de Israel?

Esta es la respuesta del Señor:
(Ezequiel 11:16-20) Por tanto, di: Así ha dicho Jehová el Señor: Aunque les he arrojado lejos entre las naciones, y les he esparcido por las tierras, con todo eso les seré por un pequeño santuario en las tierras adonde lleguen. (17) Di, por tanto: Así ha dicho Jehová el Señor: Yo os recogeré de los pueblos, y os congregaré de las tierras en las cuales estáis esparcidos, y os daré la tierra de Israel. (18) Y volverán allá, y quitarán de ella todas sus idolatrías y todas sus abominaciones. (19) Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne, (20) para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por Dios.

No es de extrañar que muchos creyentes sientan un deseo intenso por ir a la Tierra Santa, y a Jerusalén en especial. Nuestro corazón lo busca porque eso es lo que está en el corazón de Dios.
(Salmo 122:1-4) Yo me alegré con los que me decían: a la casa de Jehová iremos. Nuestros pies estuvieron dentro de tus puertas, oh Jerusalén. Jerusalén, que se ha edificado como una ciudad que está bien unida entre sí. Y allá subieron las tribus, las tribus de YAH, conforme al testimonio dado a Israel, para alabar el nombre de Jehová.

La segunda parte de este salmo nos exhorta a orar por la paz de Jerusalén.  Eso lo veremos en la próxima entrada…

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