lunes, 29 de agosto de 2016

PERÍODO DE ARREPENTIMIENTO




Previo al Día de Expiación (heb. Yom Kipur), hay un período de 40 días que se conoce como: Período de arrepentimiento (en hebreo: Teshuvá). Este período va del 1 de Elul (mes 6 del calendario bíblico) al 10 de Tishri (mes 7), día en que se guarda la fiesta de expiación (Levítico 23:27-28).
(Levítico 23:27-28) A los diez días de este mes séptimo será el día de expiación; tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová. Ningún trabajo haréis en este día; porque es día de expiación, para reconciliaros delante de Jehová vuestro Dios.

Tradicionalmente, los judíos tocan el shofar durante los 30 días del mes de Elul (mes 6), como una señal para llamar al pueblo al arrepentimiento, llamándoles a regresar a Dios antes que se cierre la puerta del perdón en el Día de Expiación (heb. Yom Kipur).  A lo largo de la Biblia, podemos ver que Dios nunca envía juicio sin primero enviar una advertencia y un llamado de atención.  El shofar o trompeta funciona como una advertencia.  

En el cumplimiento mesiánico, el Día de Expiación representa el día en que Jesús (heb. Yeshua) regrese por segunda vez. En esa ocasión, Él va a venir como Rey y como Juez.  Va a ser coronado como Rey de toda la Tierra, pero también va venir a juzgar a todos aquellos que han pecado, y a salvar a todos aquellos que se arrepientan.  Por eso es tan importante estar preparados en arrepentimiento para Su venida. 
(Hechos 17:30)  Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos. 

El período de 40 días de arrepentimiento es en preparación para el Día de Expiación (Yom Kipur). Este día es considerado como el más solemne, en el cual se nos invita a “afligir nuestras almas”.
(Levítico 16:30-31)  Porque en este día se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová. Día de reposo es para vosotros, y afligiréis vuestras almas; es estatuto perpetuo.

¿QUÉ SIGNIFICA ARREPENTIRSE?
La palabra “arrepentimiento” en hebreo es: Teshuvá, que literalmente significa: regresar o volverse. Arrepentirse no es “sentir remordimiento”; más bien, es reconocer en dónde uno se ha desviado del buen camino, y retornar a Dios.

Hacer Teshuvá implica examinarse a uno mismo para llegar a descubrir si se ha apartado del camino de Dios, con el propósito de rectificar los errores y tomar la determinación de no pecar más.  Es un esfuerzo consciente de dejar el mal y regresar a Dios. Es enmendar el camino.  Es dar un giro, y voltearse hacia la dirección correcta.

El arrepentimiento está vinculado con la conversión.  Convertirse significa cambiar, enderezarse, volverse al estado original.  La conversión no es sólo la confesión de fe, al creer en Jesús. Esta confesión es tan sólo el inicio. La conversión implica un proceso de transformación, dejando atrás lo que uno era antes (un pecador), para transformarse en un hombre nuevo (un santo).
(Efesios 4:22-24)  En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

En Hechos vemos que antes que venga el avivamiento y regrese Jesús, Dios espera que su pueblo se arrepienta y se convierta.
(Hechos 3:19-20)  Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado.


EXAMINAME
En el período de arrepentimiento, es un tiempo para examinar nuestro corazón y ponernos a cuentas con Dios.  Es un tiempo de reconciliación y restauración.  En este tiempo, hacemos la siguiente oración, junto a David:
(Salmos 139:24) Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno. 


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