jueves, 6 de abril de 2017

Preparación para la Pascua

Mientras que el mundo está haciendo planes para las vacaciones de “semana santa”,  la Biblia nos apunta en otra dirección.  Es tiempo de preparación para la una fiesta a la que Dios citó a su pueblo: la Pascua (heb. Pesaj).

DIAS PREVIOS A LA PASCUA
Desde el primer día del primer mes bíblico (Nisán 1) debemos tener la conciencia que ya viene la primera fiesta del Señor.  Las dos semanas previas a la Pascua son días de preparación.  Es un tiempo de limpiar la casa. Antes de la Pascua, uno debe sacar la levadura de la casa, pues ésta no debe comerse durante la semana de la Fiesta.
(Éxodo 12:14-19)  Y este día os será en memoria,  y lo celebraréis como fiesta solemne para Jehová durante vuestras generaciones;  por estatuto perpetuo lo celebraréis.  Siete días comeréis panes sin levadura; y así el primer día haréis que no haya levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado desde el primer día hasta el séptimo, será cortado de Israel.  El primer día habrá santa convocación, y asimismo en el séptimo día tendréis una santa convocación; ninguna obra se hará en ellos, excepto solamente que preparéis lo que cada cual haya de comer.  Y guardaréis la fiesta de los panes sin levadura, porque en este mismo día saqué vuestras huestes de la tierra de Egipto; por tanto, guardaréis este mandamiento en vuestras generaciones por costumbre perpetua. En el mes primero comeréis los panes sin levadura, desde el día catorce del mes por la tarde hasta el veintiuno del mes por la tarde.  Por siete días no se hallará levadura en vuestras casas;  porque cualquiera que comiere leudado, así extranjero como natural del país, será cortado de la congregación de Israel.

Éste no sólo era un mandamiento para aquellos israelitas que salieron físicamente de Egipto.  La Biblia indica que es un estatuto perpetuo.  Es un acto físico que tiene un profundo significado espiritual.  En estos días debemos analizar si aún hay “levadura” (símbolo del pecado) en nuestras vidas. 

Pablo nos exhortó a hacer esta limpieza en este tiempo…
(I Corintios 5:7-8)  Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad.

Esta limpieza física y espiritual es una excelente forma de comenzar bien el nuevo año bíblico.  


JESÚS LIMPIÓ EL TEMPLO 
Jesús puso en práctica este principio.  Al inicio de su ministerio, Él limpió el Templo de los mercaderes, justo antes de la Pascua.
(Juan 2:13-17)  Estaba cerca la pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén, y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados.  Y haciendo un azote de cuerdas,  echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas,  y volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado.  Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consume.




Jesús volvió a hacer lo mismo en el último año de su ministerio, justamente unos días antes de la Pascua en la que Él entregó Su vida en la cruz como el Cordero de Dios.
(Marcos 11:15-17)  Vinieron, pues, a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo; y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; y no consentía que nadie atravesase el templo llevando utensilio alguno.  Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones?  Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.

[También en Lucas 19:45-46 y Mateo 21:12-13]


Aprovechemos, entonces, estos días para limpiar nuestro templo, en preparación para celebrar la Pascua…
(I Corintios 6:19-20)  ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?  Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.


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