Jerusalén, Capital de Israel |
El día 6 de
diciembre 2017, Israel recibió una noticia diplomática significativa: el presidente
de Estados Unidos, Donald Trump, reconoció oficialmente a Jerusalén como
la capital de Israel. A la vez, anunció la decisión de mover la embajada
americana de Tel Aviv a Jerusalén.
Hasta la fecha, la
comunidad internacional no había reconocido a Jerusalén como la capital de
Israel, a pesar que ya era un hecho. Poco después de la formación del estado
moderno de Israel en 1948, el primer ministro estableció la sede del gobierno en
Jerusalén, y allí también se encuentra el Parlamento y la Corte Suprema de
Justicia. A pesar de esto, la comunidad internacional ha decidido colocar sus
embajadas en Tel Aviv en lugar de la sede del gobierno israelí.
¿Cómo reaccionó
la comunidad internacional a esta decisión de Trump? En general, no ha sido muy
positiva. Varios líderes europeos, incluyendo el Papa, se pronunciaron en
contra, al igual que muchos líderes árabes y aún asiáticos.
Adelantándose al
anuncio de Trump, el 30 de noviembre, las Naciones Unidas sometió
a votación en pleno (como si fuera una encuesta) la aprobación de las naciones
sobre la conexión de Jerusalén con Israel. El resultado: seis resoluciones en contra
de Israel, y 151 naciones negaron los vínculos de Israel con Jerusalén (con 9
abstenciones y 6 votos de oposición a las resoluciones).
El mundo parece
estar en contra de Israel, pero ¿qué dice la Biblia al respecto de Jerusalén? Mientras las
naciones se pelean por Jerusalén, la Biblia dice claramente que Dios eligió a Jerusalén
(también conocida como Sión) y la apartó para Él.
(Salmo
132:13-14) Porque Jehová
ha elegido a Sion; la quiso por habitación para sí. Este es para siempre el
lugar de mi reposo; aquí habitaré, porque la he querido.
La
Biblia dice que Dios puso Su Nombre en Jerusalén. El hecho de escribir el nombre en un lugar es
una señal de pertenencia.
(1
Reyes 11:36) …Jerusalén, la ciudad que yo he escogido
para poner allí mi nombre.
(2 Crónicas
6:6) Mas a Jerusalén
he elegido para que en ella esté mi nombre, y a David he elegido para que
esté sobre mi pueblo Israel.
Como vemos, la
Biblia dice que Jerusalén le pertenece a Jehová, y Él la da a quien Él quiera—y
en este caso, el Señor se la entregó a David, rey de Israel, de la tribu de
Judá (Salmo 78:68-69).
En esa elección
también estaba contemplado que dicha ciudad será la capital del Reino
Mesiánico. Cuando Jesús regrese, Él va a reinar sobre toda la Tierra, pero
pondrá su trono en Jerusalén, en el Monte Santo.
(Salmo
2:6-8) Pero yo he puesto
mi rey sobre Sion, mi santo monte. Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho:
Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las
naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra.
Al principio del Salmo
2 leemos que las naciones se van a rebelar en contra de la autoridad de
Dios y del Mesías.
(Salmo 2:1-3) ¿Por qué se amotinan las gentes, y
los pueblos piensan cosas vanas? Se levantarán los reyes de la tierra, y
príncipes consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido, diciendo: Rompamos
sus ligaduras, y echemos de nosotros sus cuerdas.
Es probable que lo que estamos viendo ahora en las
noticias en relación con Jerusalén sea el preámbulo del cumplimiento de la
profecía bíblica.
(Zacarías 2:11)
Y Jehová
poseerá a Judá
su heredad en
la tierra santa,
y escogerá aún
a Jerusalén.
Calle toda
carne delante de Jehová;
porque él se ha
levantado
de su santa
morada.
(Zacarías 1:17)
… y aún
consolará Jehová a Sion,
y escogerá
todavía a Jerusalén.
(Zacarías 8:3)
Así dice
Jehová: Yo he restaurado a Sion,
y moraré en
medio de Jerusalén;
y Jerusalén se
llamará Ciudad de la Verdad,
y el monte de
Jehová de los ejércitos,
Monte de
Santidad.
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