Januka es una fiesta histórica de Israel, pero
también es profética, y en esto nos concentraremos en esta ocasión…
[Nota: Para los que no estén familiarizados
con la historia y los personajes, les recomiendo primero leer las entradas históricas.
Les dejaré los enlaces al final de esta entrada.]
PROFECIA DE DANIEL
La historia de Januka se vivió en el “período
inter-testamentario” (los 400 años entre el Antiguo y el Nuevo Testamento); sin
embargo, lo que sucedió fue profetizado por Daniel, muchos años atrás.
Templo profanado |
Daniel
profetizó sobre “la prevaricación asoladora” (también conocida como: “abominación
desoladora”), que es la profanación del Templo en Jerusalén. La profecía
habla sobre un hombre que se levantará contra Dios y Su Pueblo, y quitará el
sacrificio continuo (heb. Korban Tamid—Exo. 29:38-42).
(Daniel 8:11-12) Aun se engrandeció contra
el príncipe de los ejércitos, y por él fue quitado el continuo sacrificio, y el
lugar de su santuario fue echado por tierra. Y a causa de la prevaricación
le fue entregado el ejército junto con el continuo sacrificio; y echó por
tierra la verdad, e hizo cuanto quiso, y prosperó.
Cuando
Daniel recibió esta visión, aún no se había reedificado el Templo (el cual había
sido destruido por los babilonios). Daniel no entendió la visión (Dan. 8:15), pero
el Señor le explicó cuando sería su cumplimiento…
(Dan. 8:17-19)
Vino luego
cerca de donde yo estaba; y con su venida me asombré, y me postré sobre mi
rostro. Pero él me dijo: Entiende, hijo de hombre, porque la visión es para
el tiempo del fin. Mientras él hablaba conmigo, caí dormido en tierra sobre
mi rostro; y él me tocó, y me hizo estar en pie. Y dijo: He aquí yo te
enseñaré lo que ha de venir al fin de la ira; porque eso es para el tiempo
del fin.
Dos veces
le fue dicho a Daniel que esta profecía era para “el tiempo del fin”. ¿Querrá
decir esto que tendrá “dos cumplimientos”? Posiblemente sí, ya que se cumplió con
Antíoco IV, quien se hizo llamar: “Epífanes” (lit. “dios
manifiesto”). Pero también Jesús reveló que esta profecía se cumplirá en los
últimos tiempos (Mateo 24 y Marcos 13):
(Marcos 13:14) Pero cuando veáis la abominación desoladora de
que habló el profeta Daniel, puesta donde no debe estar (el que lee, entienda),
entonces los que estén en Judea huyan a los montes.
Cuando Jesús dijo esto, ya había sucedido la
primera “abominación desoladora” con Antíoco IV, pero Jesús advirtió que
volvería a suceder en el contexto de la tribulación de los últimos tiempos.
(Marcos 13:19-20) porque aquellos días serán de tribulación cual
nunca ha habido desde el principio de la creación que Dios creó, hasta este
tiempo, ni la habrá. Y si el Señor no hubiese acortado aquellos días,
nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos que él escogió, acortó
aquellos días.
Jesús conecta estos acontecimientos con su
Segunda Venida.
(Marcos 13:24-31) Pero en aquellos días, después de aquella
tribulación, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las
estrellas caerán del cielo, y las potencias que están en los cielos serán
conmovidas. Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con gran
poder y gloria.
El Señor nos dice que el cumplimiento de estas
cosas servirá como señal de que Su venida está pronta.
(Marcos 13:28-31) De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama
está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así
también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, conoced que está cerca,
a las puertas. De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que
todo esto acontezca. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no
pasarán.
El doble
cumplimiento de esta profecía no debe extrañarnos, ya que un cumplimiento sire
como “sombra” del otro (tal como el Cordero de Pascua en Egipto es sombra del
Cordero de Dios que murió en la cruz, en esa misma fecha y hora).
El profeta
Isaías enseña que los eventos futuros tienen su sombra en el pasado (en las
historias escritas en la Biblia):
(Isaías 46:9-10) Acordaos de las cosas
pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y
nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde
la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré
todo lo que quiero.
(Isaías 41:22) Traigan, anúnciennos lo que ha de venir; dígannos lo
que ha pasado desde el principio, y pondremos nuestro corazón en ello; sepamos
también su postrimería, y hacednos entender lo que ha de venir.
Por esto sabemos que es muy importante
estudiar la historia bíblica, porque ésta trae revelación para el presente y el
futuro. Debemos entender que Dios obra en patrones, basados en principios.
SOMBRA DEL ANTICRISTO
Antíoco IV es la sombra del Anticristo. Y la
historia de los tiempos de los macabeos nos muestra algo similar a lo que sucederá
en los últimos tiempos. No muchos conocen esta historia, ya que está registrada
en unos de los libros deuterocanónicos: I Macabeos y II Macabeos.
Sin embargo, estos libros son reconocidos ampliamente como “históricos” (aunque
no todos los reconocen como parte del canon bíblico).
La historia de los Macabeos cuenta que muchos judíos
se helenizaron, es decir, asimilaron la cultura griega, y dejaron su fe en Dios
y su cultura hebrea basada en la Biblia. Esto mismo sucederá al final, pues muchos
caerán en apostasía, dejándose llevar por la corriente del mundo y
abandonando la fe en Dios y en Su Palabra (Efesios 2:1-3; Jeremías 8:5-9).
El punto crucial de la apostasía fue cuando
aún los sacerdotes cedieron ante la corriente helenizadora, y dejaron entrar
las costumbres griegas aún al Templo. El resultado final fue que Antíoco tomó posesión
completa del Templo, y lo transformó en un lugar de adoración a Zeus. Este es
el mismo peligro que corre la iglesia de los últimos tiempos, ya que si ceden ante
la corriente y aceptan el estilo de vida del mundo, será difícil dar vuelta
atrás. Por ganar el favor del mundo, perderán a Dios (Santiago 4:4).
La historia nos da algunas pautas de lo que
podemos enfrentar en el futuro, basado en lo que aprendemos del pasado: En
tiempos de Antíoco, él emitió un decreto que prohibía lo siguiente: estudiar la
Torá, guardar el día de reposo, celebrar las fiestas bíblicas, hacer la circuncisión
y guardar la virginidad de las novias. En forma similar, la Biblia advierte que
el anticristo va a cambiar los tiempos y las leyes de Dios. No sólo irán en
contra del orden de Dios, sino probablemente hasta prohibirán leer la Biblia.
(Daniel 7:25) Y él proferirá palabras contra el Altísimo y afligirá a
los santos del Altísimo, e intentará cambiar los tiempos y la ley; y le serán
entregados en sus manos por un tiempo, por tiempos y por medio tiempo.
En nuestros tiempos, ya comenzamos a ver
señales de esta desviación, no sólo en el mundo sino aún en muchas iglesias (ya
comenzaron a aceptar los matrimonios homosexuales, aunque la Biblia no los
avala; no se enseña en contra de la fornicación y el aborto, aunque claramente
va en contra del orden de Dios). A lo malo le llaman bueno, y a lo bueno malo
(Isa. 5:20-21).
La profecía bíblica dice que el anticristo va
a firmar la paz con las naciones, y a Israel se le dará el derecho de construir
el Templo. Pero tan pronto como esté terminado el Templo, el anticristo
entrará para profanarlo (como Antíoco IV), y se sentará allí como un reto directo
a Dios. Ése será el cumplimiento final de la “abominación desoladora”, que
sucederá a la mitad de la Tribulación, cuando el anticristo esté gobernando.
(Daniel 9:27) Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a
la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la
muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la
consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.
Pablo también escribió sobre la manifestación
del anticristo (antes de la venida del verdadero Mesías):
(2 Tesalonicenses 2:3-8) Nadie os engañe en ninguna
manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se
manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se
opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto
que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por
Dios. ¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía
esto? Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido
tiempo se manifieste. Porque ya está en acción el misterio de la
iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a
su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel
inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá
con el resplandor de su venida.
Así como hubo guerra en el tiempo de los
macabeos, en los últimos tiempos también enfrentaremos una guerra espiritual
entre la luz y las tinieblas. A la par de la apostasía, también se levantará un
remanente que permanecerá fiel a Dios. Estos futuros héroes de la fe seguirán
el ejemplo de los macabeos, quienes lucharon por mantener su fe, estando
dispuestos aún a morir por ella.
EL MESÍAS EN JANUKA
En toda la Biblia sólo hay una mención de Januka
(traducida como: Fiesta de la Dedicación), y se encuentra en el Nuevo
Testamento:
(Juan 10:22-23) Celebrábase
en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno, y Jesús
andaba en el templo por el pórtico de Salomón.
En esa visita a Jerusalén, la gente le
preguntó directamente a Jesús si él era el Mesías.
(Juan 10:24) Entonces los judíos le rodearon, y
le decían: ¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Cristo, dínoslo
claramente.
Jesús nunca dijo explícitamente que Él era el
Mesías, pues dejó que sus obras hablaran por sí mismas (señales y milagros), y
eso fue lo que les respondió:
(Juan 10:25-30) Jesús les
respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en el nombre
de mi Padre, éstas dan testimonio de mí. Pero vosotros no creéis porque no sois
de mis ovejas. Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen;
y yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie
las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio es mayor que
todos, y nadie las puede arrebatar de la mano del Padre. Yo y el
Padre somos uno.
En forma indirecta, les dijo que las señales y
milagros que Él había hecho dan testimonio de que Él era el Mesías. Pero la
gente no reaccionó bien, porque creyeron que era blasfemia compararse con Dios
(Juan 10:31-33).
En Januka, Jesús se identificó con el Mesías;
y en el futuro, en el cumplimiento final, se manifestará también el Anticristo
(lit. anti-mesías). Esta es una fiesta que resalta la lucha entre la luz y las
tinieblas, y también la victoria final de la Luz y la Verdad.
Historia
de Januka:
Les
recomiendo leer los estudios del panorama histórico, que pueden encontrar en
las siguientes entradas:
* Januka
I: Introducción
* Januka II: Trasfondo histórico
* Januka III: Helenización
* Januka IV: Libro de los Macabeos
* Januka V: Matatías y sus Hijos
* Januka VI: El Segundo Milagro
* Januka VII: Profanación del Templo
* Januka II: Trasfondo histórico
* Januka III: Helenización
* Januka IV: Libro de los Macabeos
* Januka V: Matatías y sus Hijos
* Januka VI: El Segundo Milagro
* Januka VII: Profanación del Templo
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