domingo, 10 de diciembre de 2017

Januka en la Profecía

Januka es una fiesta histórica de Israel, pero también es profética, y en esto nos concentraremos en esta ocasión…
[Nota: Para los que no estén familiarizados con la historia y los personajes, les recomiendo primero leer las entradas históricas. Les dejaré los enlaces al final de esta entrada.]

PROFECIA DE DANIEL
La historia de Januka se vivió en el “período inter-testamentario” (los 400 años entre el Antiguo y el Nuevo Testamento); sin embargo, lo que sucedió fue profetizado por Daniel, muchos años atrás.

Templo profanado
Daniel profetizó sobre “la prevaricación asoladora” (también conocida como: “abominación desoladora”), que es la profanación del Templo en Jerusalén. La profecía habla sobre un hombre que se levantará contra Dios y Su Pueblo, y quitará el sacrificio continuo (heb. Korban Tamid—Exo. 29:38-42).  
(Daniel 8:11-12) Aun se engrandeció contra el príncipe de los ejércitos, y por él fue quitado el continuo sacrificio, y el lugar de su santuario fue echado por tierra. Y a causa de la prevaricación le fue entregado el ejército junto con el continuo sacrificio; y echó por tierra la verdad, e hizo cuanto quiso, y prosperó.

Cuando Daniel recibió esta visión, aún no se había reedificado el Templo (el cual había sido destruido por los babilonios). Daniel no entendió la visión (Dan. 8:15), pero el Señor le explicó cuando sería su cumplimiento…
(Dan. 8:17-19) Vino luego cerca de donde yo estaba; y con su venida me asombré, y me postré sobre mi rostro. Pero él me dijo: Entiende, hijo de hombre, porque la visión es para el tiempo del fin. Mientras él hablaba conmigo, caí dormido en tierra sobre mi rostro; y él me tocó, y me hizo estar en pie. Y dijo: He aquí yo te enseñaré lo que ha de venir al fin de la ira; porque eso es para el tiempo del fin.

Dos veces le fue dicho a Daniel que esta profecía era para “el tiempo del fin”. ¿Querrá decir esto que tendrá “dos cumplimientos”? Posiblemente sí, ya que se cumplió con Antíoco IV, quien se hizo llamar: “Epífanes” (lit. “dios manifiesto”). Pero también Jesús reveló que esta profecía se cumplirá en los últimos tiempos (Mateo 24 y Marcos 13):
(Marcos 13:14) Pero cuando veáis la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel, puesta donde no debe estar (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea huyan a los montes.

Cuando Jesús dijo esto, ya había sucedido la primera “abominación desoladora” con Antíoco IV, pero Jesús advirtió que volvería a suceder en el contexto de la tribulación de los últimos tiempos.
(Marcos 13:19-20) porque aquellos días serán de tribulación cual nunca ha habido desde el principio de la creación que Dios creó, hasta este tiempo, ni la habrá. Y si el Señor no hubiese acortado aquellos días, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos que él escogió, acortó aquellos días.
Jesús conecta estos acontecimientos con su Segunda Venida.
(Marcos 13:24-31) Pero en aquellos días, después de aquella tribulación, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias que están en los cielos serán conmovidas. Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con gran poder y gloria.

El Señor nos dice que el cumplimiento de estas cosas servirá como señal de que Su venida está pronta.
(Marcos 13:28-31) De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

El doble cumplimiento de esta profecía no debe extrañarnos, ya que un cumplimiento sire como “sombra” del otro (tal como el Cordero de Pascua en Egipto es sombra del Cordero de Dios que murió en la cruz, en esa misma fecha y hora).

El profeta Isaías enseña que los eventos futuros tienen su sombra en el pasado (en las historias escritas en la Biblia):
(Isaías 46:9-10) Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero.
(Isaías 41:22) Traigan, anúnciennos lo que ha de venir; dígannos lo que ha pasado desde el principio, y pondremos nuestro corazón en ello; sepamos también su postrimería, y hacednos entender lo que ha de venir.

Por esto sabemos que es muy importante estudiar la historia bíblica, porque ésta trae revelación para el presente y el futuro. Debemos entender que Dios obra en patrones, basados en principios.

SOMBRA DEL ANTICRISTO
Antíoco IV es la sombra del Anticristo. Y la historia de los tiempos de los macabeos nos muestra algo similar a lo que sucederá en los últimos tiempos. No muchos conocen esta historia, ya que está registrada en unos de los libros deuterocanónicos: I Macabeos y II Macabeos. Sin embargo, estos libros son reconocidos ampliamente como “históricos” (aunque no todos los reconocen como parte del canon bíblico).

La historia de los Macabeos cuenta que muchos judíos se helenizaron, es decir, asimilaron la cultura griega, y dejaron su fe en Dios y su cultura hebrea basada en la Biblia. Esto mismo sucederá al final, pues muchos caerán en apostasía, dejándose llevar por la corriente del mundo y abandonando la fe en Dios y en Su Palabra (Efesios 2:1-3; Jeremías 8:5-9).

El punto crucial de la apostasía fue cuando aún los sacerdotes cedieron ante la corriente helenizadora, y dejaron entrar las costumbres griegas aún al Templo. El resultado final fue que Antíoco tomó posesión completa del Templo, y lo transformó en un lugar de adoración a Zeus. Este es el mismo peligro que corre la iglesia de los últimos tiempos, ya que si ceden ante la corriente y aceptan el estilo de vida del mundo, será difícil dar vuelta atrás. Por ganar el favor del mundo, perderán a Dios (Santiago 4:4).

La historia nos da algunas pautas de lo que podemos enfrentar en el futuro, basado en lo que aprendemos del pasado: En tiempos de Antíoco, él emitió un decreto que prohibía lo siguiente: estudiar la Torá, guardar el día de reposo, celebrar las fiestas bíblicas, hacer la circuncisión y guardar la virginidad de las novias. En forma similar, la Biblia advierte que el anticristo va a cambiar los tiempos y las leyes de Dios. No sólo irán en contra del orden de Dios, sino probablemente hasta prohibirán leer la Biblia.
(Daniel 7:25) Y él proferirá palabras contra el Altísimo y afligirá a los santos del Altísimo, e intentará cambiar los tiempos y la ley; y le serán entregados en sus manos por un tiempo, por tiempos y por medio tiempo.

En nuestros tiempos, ya comenzamos a ver señales de esta desviación, no sólo en el mundo sino aún en muchas iglesias (ya comenzaron a aceptar los matrimonios homosexuales, aunque la Biblia no los avala; no se enseña en contra de la fornicación y el aborto, aunque claramente va en contra del orden de Dios). A lo malo le llaman bueno, y a lo bueno malo (Isa. 5:20-21).

La profecía bíblica dice que el anticristo va a firmar la paz con las naciones, y a Israel se le dará el derecho de construir el Templo. Pero tan pronto como esté terminado el Templo, el anticristo entrará para profanarlo (como Antíoco IV), y se sentará allí como un reto directo a Dios. Ése será el cumplimiento final de la “abominación desoladora”, que sucederá a la mitad de la Tribulación, cuando el anticristo esté gobernando.
(Daniel 9:27) Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.

Pablo también escribió sobre la manifestación del anticristo (antes de la venida del verdadero Mesías):
(2 Tesalonicenses 2:3-8) Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios. ¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto? Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste. Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida.

Así como hubo guerra en el tiempo de los macabeos, en los últimos tiempos también enfrentaremos una guerra espiritual entre la luz y las tinieblas. A la par de la apostasía, también se levantará un remanente que permanecerá fiel a Dios. Estos futuros héroes de la fe seguirán el ejemplo de los macabeos, quienes lucharon por mantener su fe, estando dispuestos aún a morir por ella.

EL MESÍAS EN JANUKA
En toda la Biblia sólo hay una mención de Januka (traducida como: Fiesta de la Dedicación), y se encuentra en el Nuevo Testamento:
(Juan 10:22-23Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. Era invierno, y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón.

En esa visita a Jerusalén, la gente le preguntó directamente a Jesús si él era el Mesías.
(Juan 10:24) Entonces los judíos le rodearon, y le decían: ¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Cristo, dínoslo claramente.

Jesús nunca dijo explícitamente que Él era el Mesías, pues dejó que sus obras hablaran por sí mismas (señales y milagros), y eso fue lo que les respondió:
(Juan 10:25-30) Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en el nombre de mi Padre, éstas dan testimonio de mí. Pero vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas. Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen;
 y yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.

En forma indirecta, les dijo que las señales y milagros que Él había hecho dan testimonio de que Él era el Mesías. Pero la gente no reaccionó bien, porque creyeron que era blasfemia compararse con Dios (Juan 10:31-33).  

En Januka, Jesús se identificó con el Mesías; y en el futuro, en el cumplimiento final, se manifestará también el Anticristo (lit. anti-mesías). Esta es una fiesta que resalta la lucha entre la luz y las tinieblas, y también la victoria final de la Luz y la Verdad.


Historia de Januka:
Les recomiendo leer los estudios del panorama histórico, que pueden encontrar en las siguientes entradas:


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