lunes, 5 de febrero de 2018

APOCALIPSIS 4:3-11. Sala del Trono en el Cielo

Seguimos con la descripción de Juan de la “Sala del Trono de Dios”…

c.  ARCOIRIS
(Apoc. 4:3) y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda.

Como ya mencionamos, Ezequiel describe el entorno del Trono de forma similar: “Como parece el arco iris que está en las nubes el día que llueve, así era el parecer del resplandor alrededor” (Eze. 1:28). En la Biblia, el arco iris es la señal del pacto que Dios hizo con la humanidad de no volver a destruir el mundo con agua (Gen. 9:11-17). Esta señal está constantemente alrededor del Trono en el Cielo. Isaías también hace referencia a este pacto, diciéndole a Israel que Dios no se olvidará jamás de ellos (Isa. 54:5-14).  

El arcoíris es la señal que Dios no volverá a destruir la Tierra con un Diluvio, sin embargo vemos en la Biblia que el mundo será purificado con fuego (II Pedro 3:10-13). Esta limpieza con fuego no es para acabar con el mundo entero, sino para restaurarlo. El mundo estará tan corrupto, que la única forma de salvarlo es renovarlo (Apoc. 21:1-3). Y a la vez que se restaura la tierra, también se restaurará la relación entre el hombre y Dios, que es el propósito por el cual fuimos creados, la razón de nuestra existencia.

d.  LOS SERES VIVIENTES
Delante del trono, Juan vio unos seres celestiales:
(Apocalipsis 4:6) Delante del trono había como un mar transparente semejante al cristal; y en medio del trono y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos por delante y por detrás. 

Estos seres nos parecen extraños porque no hay semejantes en el mundo. Pero no son producto de la imaginación ni de la ciencia ficción; son seres reales, pero celestiales. Tal vez nos parezca extraño que tengan tantos ojos; pero fueron creados así para cumplir su propósito: contemplar la hermosura de Dios. Están llenos de ojos para contemplarlo desde muchas perspectivas. Pero ellos no sólo ven, sino también lo alaban:
(Apocalipsis 4:8) Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir.

Al tratar de entender el Trono y lo que hay en el Cielo, no debemos caer en el error de “bajarlos” a nuestro entendimiento. Está bien que tratemos de entender en base a lo que conocemos, pero no debemos creer que representa algo terrenal. Más bien, lo contrario es el caso: aquí en la Tierra imitamos lo que está en el Cielo, para poder entender lo eterno.

Un ejemplo es el Tabernáculo. El Tabernáculo no es producto de la imaginación de Moisés, sino de Dios (Éxodo 25:40; Éxodo 26:30). Moisés lo hizo conforme al modelo que le fue mostrado, tal como está en el Cielo (Hechos 7:44).  
(Hebreros 8:5) los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte.

Moisés no menciona a los seres vivientes en su narración en Éxodo, pero un detalle refleja que vio o le fue revelado lo que está en el Cielo alrededor del Trono.
Moisés organizó a las tribus alrededor del campamento en el siguiente orden (siendo el primer mencionado, el líder de cada grupo): al Este: Judá, con Isacar y Zabulón; al Sur: Rubén, con Simeón y Gad; al Oeste: Efraín, con Manasés y Benjamín; al Norte: Dan, con Neftalí y Aser (Números cap. 2). Cada tribu tenía su propia bandera, y el emblema de las tribus líderes eran las siguientes: Judá con el león; Efraín con un becerro o toro; Rubén con la figura de un hombre; Dan con un águila.

Esto es significativo, ya que Juan describe a los seres vivientes alrededor del Trono de la siguiente manera:
(Apocalipsis 4:7) El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando.

El Tabernáculo es una imagen del orden del Reino de los Cielos (Hebreos 9:23). Lo que está en el Cielo es lo real, y en la Tierra es sólo una representación, la sombra. 

e. LOS 24 ANCIANOS
Después, Juan vio a veinticuatro ancianos delante del Trono, que le hacían coro a los seres vivientes:
(Apocalipsis 4:9-10) Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono.

Los ancianos tienen coronas, que representan poder y autoridad. Sin embargo, ante Dios ellos se quitan las coronas y las echan a los pies del trono. Ellos reconocen que la autoridad superior le corresponde a Jehová, y declaran lo siguiente:
(Apocalipsis 4:11) Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.


Más capítulos de este estudio en: 
Apocalipsis


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