Antes de abrir el
séptimo sello, Dios instruyó a los ángeles que no actuarán sino hasta después
que un remanente especial fuera sellado:
(Apoc. 7:4) Y oí el número
de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de
los hijos de Israel.
El número de 144,000 personas es relativamente grande, pero en
comparación al número de creyentes en todo el mundo, definitivamente es muy
bajo.
Y, ¿quiénes son
estos que serán sellados? El texto los identifica como parte de “las tribus
de los hijos de Israel”. Algunos han interpretado que esto se refiere a “los
judíos”; pero el problema con esa interpretación es que no se toman en cuenta a
las otras tribus que también se mencionan. Tal vez para nosotros estén
perdidas, pero para el Señor nadie de Su Pueblo se ha perdido, y en múltiples
profecías se habla de la restauración de las tribus perdidas [Ver estudio:
“Israel: Dos Casas”].
En Apocalipsis
queda claro que los sellados no sólo serán de la Casa de Judá, sino también de “las
tribus perdidas” (aunque no se menciona una: la tribu de Dan). El texto señala
que doce mil de cada tribu serán sellados.
(Apoc. 7:5-8) De la tribu de Judá, doce mil sellados. De la tribu de Rubén, doce mil
sellados. De la tribu de Gad, doce mil sellados. De la tribu de Aser, doce mil
sellados. De la tribu de Neftalí, doce
mil sellados. De la tribu de Manasés, doce mil sellados. De la tribu de Simeón,
doce mil sellados. De la tribu de Leví, doce mil sellados. De la tribu de
Isacar, doce mil sellados. De la tribu de Zabulón, doce mil sellados. De la
tribu de José, doce mil sellados. De la tribu de Benjamín, doce mil sellados.
Comparemos las
tribus selladas de Apoc. 7 con los nombres de las tribus de Israel:
Tribus de Israel
(Num. 1:5-16,49-53)
|
Tribus en Apocalipsis 7
|
Rubén
|
7:5
|
Simeón
|
7:7
|
Judá
|
7:5
|
Isacar
|
7:7
|
Zabulón
|
7:8
|
Efraín, hijo de
José
|
7:8 (José)
|
Manasés, hijo
de José
|
7:6
|
Benjamín
|
7:8
|
Dan
|
*no aparece*
|
Aser
|
7:6
|
Gad
|
7:5
|
Neftalí
|
7:6
|
Levi
|
7:7
|
En total, 144,000 personas serán selladas
(12,000 de cada tribu de Israel). Estos serán librados de las plagas que
vendrán después del séptimo sello (Apoc. 7:3; Apoc. 9:4).
Más adelante se nos revela que el sello
que reciben es el Nombre del Cordero (heb. Yeshua) y el Nombre de
Dios (heb. Yehová) escrito sobre sus frentes.
(Apoc. 14:1) Miré, y he aquí que el Cordero
estaba de pie sobre el Monte Sion, y con El ciento cuarenta y cuatro mil que
tenían el nombre de El y el nombre de su Padre escrito en la frente.
Allí también se describe qué clase de
personas eran este remanente escogido:
(Apoc. 14:4-5) Estos son los que no se han
contaminado con mujeres, pues son castos. Estos son los que siguen al Cordero
adondequiera que va. Estos han sido rescatados de entre los hombres como
primicias para Dios y para el Cordero. En su boca no fue hallado engaño; están
sin mancha.
Como seres humanos, no pueden ser
perfectos (porque no hay justo—Rom. 3:10); sin embargo, es evidente que ellos
se sometieron a una disciplina espiritual. Ellos ya no necesitan pasar por el
fuego purificador, porque se sometieron voluntariamente a un proceso de
arrepentimiento previo a este momento.
El número de los sellados es muy bajo. Tal
vez no debería sorprendernos porque Jesús lo advirtió:
(Mateo 22:14) Porque muchos son llamados, y pocos escogidos.
La elección no es por suerte ni por lotería,
sino es por decisión. El Señor llama a muchos, pero pocos son los que responden.
Él escoge a quien haya escogido seguirlo a Él con todo su ser.
Y, ¿qué pasará con el resto del Pueblo de
Dios? La Biblia responde a esta pregunta en los siguientes versículos…
LA GRAN MULTITUD
A continuación, Juan vio a una gran
multitud que será salva:
(Apoc. 7:9-12) Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía
contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del
trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en
las manos; y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a
nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero. Y todos los
ángeles estaban en pie alrededor del trono, y de los ancianos y de los cuatro
seres vivientes; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron
a Dios, diciendo: Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la
acción de gracias y la honra y el poder y la fortaleza, sean a nuestro Dios por
los siglos de los siglos. Amén.
Esta gran multitud son personas que serán
salvas porque creyeron en el Cordero de Dios. Juan los vio adorando al Señor junto
con el ejército del Cielo. Pero antes de que esto suceda, deben pasar por un
proceso de purificación, y tal como lo explica uno de las ancianos:
(Apoc. 7:13-14) Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de
ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? Yo le dije: Señor, tú lo
sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran
tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre
del Cordero.
La salvación es por fe, al creer en el
Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29; 1 Pedro 1:18-19).
Pero luego de creer, el Señor espera que vayamos transformando nuestras vidas
para vivir como Él manda (1 Cor. 6:9-11).
Recordemos que el propósito de todo es prepararnos
para la unión del Cielo y la Tierra, para estar con Dios cara a cara. Los
últimos versículos de este capítulo son un eco de lo que se describe en el
capítulo 21, donde describe el descenso de la Nueva Jerusalén, cuando el Cielo
y la Tierra se unirán (Apoc. 21:1-8).
(Apoc. 7:15-17) Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su
templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre
ellos. Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni
calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los
pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará
toda lágrima de los ojos de ellos.
El resultado será
glorioso, pero el proceso de limpieza será intenso. Ahora ya sabemos quien
podrá soportar el fuego purificador de Dios.
En próxima
entrada veremos lo que sucede cuando se abra el séptimo sello (pues este
capítulo sólo fue un parentesis explicatorio)…
No hay comentarios:
Publicar un comentario