miércoles, 14 de noviembre de 2018

DOS CASAS (2): Herederos de la Promesa


De todos los hombres de la Tierra, Abraham fue el elegido por Dios para formar una nación que traería bendición a todas las familias del mundo (Gen. 22:18). Pero, ¿cómo podría conformar una nación si él y su mujer no tenían hijos? Por lo demás, Abraham tenía 75 años cuando recibió el llamado de Dios. Pero, para Dios no hay nada imposible; y lo que Él promete, lo cumple. Después de muchos años de prueba, nació el “hijo de la promesa”: Isaac.  

Pero antes de esto, tratando de “ayudar” a Dios, Sara sugirió a Abraham tener un hijo con su sierva, Agar. Así lo hicieron, y nació Ismael. Pero Dios no necesita ayuda, y Él les aclaró que ese hijo no era el de la promesa. Lo que hicieron Abraham y Sara les trajo muchos problemas familiares, que han trascendido las generaciones, y hoy se refleja en el conflicto árabe-israel (siendo ambos pueblos descendientes de Abraham).

Luego de la muerte de Sara, Abraham tuvo otra mujer, y con ella tuvo más hijos.
(Génesis 25:1-2) Y Abraham tomó otra esposa, cuyo nombre era Cetura; la cual le dio a luz a Zimram, a Jocsán, a Medán, a Madián, a Isbac y a Súa.

Ismael y los hijos de Cetura son hijos de Abraham. Sin embargo, la Biblia señala que no todos son herederos de la promesa (la descendencia que heredará la Tierra, y cuya simiente traerá bendición al mundo). Todos los hijos de Abraham recibieron herencia, pero la promesa sólo la heredó Isaac—porque así lo dispuso Dios.
(Génesis 25:5-6) Y Abraham dio todo cuanto tenía a Isaac. Y a los hijos de sus concubinas dio Abraham dones, y los envió lejos de Isaac su hijo, cuando aún él vivía, hacia el oriente, a la tierra oriental.

Sólo Isaac quedó en Canaán, la Tierra de la promesa. 

CONFIRMA LA PROMESA
Cuando hubo hambre en la tierra, Isaac consideró marcharse en busca de alimento. Pero Dios lo detuvo, y le dijo que permaneciera en Canáan. Allí mismo le confirmó el Pacto que había hecho con Abraham.
(Gen. 26:1-6) 
Y hubo hambre en la tierra, además de la primera hambre que hubo en los días de Abraham; y se fue Isaac a Abimelec rey de los filisteos, en Gerar. Y se le apareció Jehová, y le dijo: No desciendas a Egipto; habita en la tierra que yo te diré. Habita en esta tierra, y seré contigo, y te bendeciré; porque a ti y a tu simiente daré todas estas tierras, y confirmaré el juramento que hice a Abraham tu padre. Y multiplicaré tu simiente como las estrellas del cielo, y daré a tu simiente todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente, por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes. Habitó, pues, Isaac en Gerar.

Dios confirmó a Isaac la promesa que le hizo a Abraham:
·      Tierra
·      Descendencia
·      Bendición a todas las naciones de la Tierra

HIJOS DE ISAAC
Isaac tuvo dos hijos gemelos. Uno pensaría que ambos iban a ser herederos de la promesa…pero no fue así.  En términos humanos, la herencia y la primogenitura le hubieran tocado a Esaú, el gemelo que nació primero…pero Dios tenía otros planes. Desde que ambos estaban en el vientre de su madre, Dios determinó que el segundo sería el primero. Dios sabía que Esaú iba a rechazar su primogenitura y a menospreciar el llamado especial que tenía su familia, mientras que Jacob lo anhelaba con toda su alma.

Tal vez cuesta entender por qué un hermano es aceptado y otro es rechazado, pero Dios sabe por qué lo hace. Nuestra falta de entendimiento no le resta nada a la bondad y justicia perfecta de Dios. Sus planes son perfectos, y para bien de todos. Pablo explica esto de la siguiente manera:
(Romanos 9:6-16) …porque no todos los que son de Israel son israelitas; ni por ser simiente de Abraham, son todos hijos; sino que: En Isaac te será llamada descendencia. Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino los que son hijos de la promesa son contados por simiente. Porque la palabra de la promesa es ésta: A este tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo. Y no sólo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre (aunque aún no habían nacido sus hijos, ni habían hecho bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras de la ley sino por el que llama), le fue dicho a ella: El mayor servirá al menor. Como está escrito: A Jacob amé; mas a Esaú aborrecí. ¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? ¡En ninguna manera! Porque a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia; y me compadeceré del que yo me compadezca. Así que no es del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.

Al bendecirlo, Isaac transfirió la promesa divina a Jacob (no a Esaú). 
(Gen. 28:3-4)  Y el Dios omnipotente te bendiga y te haga fructificar, y te multiplique, hasta venir a ser multitud de pueblos; Y te dé la bendición de Abraham, y a tu simiente contigo, para que heredes la tierra de tus peregrinaciones, que Dios dio a Abraham. 

Dios se lo confirmó a Jacob en un sueño.
(Génesis 28:12-15) Y soñó, y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo: y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella. Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac: la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu simiente. Y será tu simiente como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, y al oriente, y al norte, y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente. Y he aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que vayas, y te volveré a esta tierra; porque no te dejaré hasta tanto que haya hecho lo que te he dicho.

HIJOS DE JACOB
Jacob tuvo doce hijos. ¿Quién de ellos heredó la promesa divina de “tierra y descendencia”?  Por primera vez, todos fueron incluidos en la promesa (Gen. 35:22-26).




(Salmo 105:6-15) Oh vosotros, simiente de Abraham su siervo, hijos de Jacob, sus escogidos. Él es Jehová nuestro Dios; en toda la tierra están sus juicios. Se acordó para siempre de su pacto; de la palabra que mandó para mil generaciones, del pacto que hizo con Abraham; y de su juramento a Isaac. Y lo estableció a Jacob por decreto, a Israel por pacto sempiterno, diciendo: A ti daré la tierra de Canaán, como porción de vuestra heredad. Cuando ellos eran pocos en número, y extranjeros en ella; cuando andaban de nación en nación, de un reino a otro pueblo; No consintió que hombre los agraviase; y por causa de ellos castigó a los reyes. No toquéis, dijo, a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas.

En la próxima entrada hablaremos de quiénes conforman las tribus de Israel...


Más entradas sobre: ISRAEL 


1 comentario: