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Cuando el rey llamó
a los magos de Babilonia para que adivinaran su sueño, no fueron invitados
Daniel y sus amigos (tal vez porque eran todavía novatos y aprendices). Sin
embargo, a ellos los pusieron también en la lista negra de sabios que debían
morir por mandato del rey.
(Daniel 2:13) Y se publicó el edicto de que los sabios fueran llevados a
la muerte; y buscaron a Daniel y a sus compañeros para matarlos.
Cuando los guardias
llegaron por ellos, Daniel pidió que se le diera la oportunidad de revelar el
sueño del rey.
(Daniel 2:14-16) Entonces Daniel habló sabia
y prudentemente a Arioc, capitán de la guardia del rey, que había salido para
matar a los sabios de Babilonia. Habló y dijo a Arioc capitán del rey: ¿Cuál es
la causa de que este edicto se publique de parte del rey tan apresuradamente?
Entonces Arioc hizo saber a Daniel lo que había. Y Daniel entró y pidió al
rey que le diese tiempo, y que él mostraría la interpretación al rey.
(Daniel 2:17-18) Luego se fue Daniel a su
casa e hizo saber lo que había a Ananías, Misael y Azarías, sus compañeros, para
que pidiesen misericordias del Dios del cielo sobre este misterio, a fin de que
Daniel y sus compañeros no pereciesen con los otros sabios de Babilonia.
Luego de orar, el
Señor le dio la revelación en una visión:
(Daniel 2:19) Entonces el secreto fue
revelado a Daniel en visión de noche, por lo cual bendijo Daniel al Dios del
cielo.
BENDICIÓN POR LA REVELACIÓN
Como respuesta a la revelación, Daniel bendijo a Dios, junto con sus amigos.
No sólo estaban aliviados de salvar sus vidas, sino que muy agradecidos por la
revelación recibida:
(Daniel 2:20-23) Y Daniel habló y dijo: Sea bendito el nombre de Dios de
siglos en siglos, porque suyos son el poder y la sabiduría. El muda los tiempos
y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la
ciencia a los entendidos. El revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que
está en tinieblas, y con él mora la luz. A ti, oh Dios de mis padres, te doy
gracias y te alabo, porque me has dado sabiduría y fuerza, y ahora me has
revelado lo que te pedimos; pues nos has dado a conocer el asunto del rey.
A través de la
revelación del sueño, Daniel entendió que Dios está en control de toda la
historia de la humanidad, y no hay nada que se le escape de Sus manos.
DA SABIDURÍA
Daniel era un joven
sabio, con mucho conocimiento, pero la inteligencia humana tiene sus límites. Por
eso, él pidió revelación a Dios, y el entendimiento que va más allá de la razón
humana.
(Daniel 2:22) El es quien revela lo profundo y
lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y la luz mora con El.
La fuente de la
sabiduría es Dios. El sabio se posiciona para oír, y Dios le revela.
(Proverbios 1:5-6) El sabio oirá y crecerá en
conocimiento, y el inteligente adquirirá habilidad, para entender proverbio y
metáfora, las palabras de los sabios y sus enigmas.
Medita…
La misma petición
que Daniel hizo, también la podemos hacer nosotros. Santiago nos enseña a que
pidamos sabiduría si la necesitamos.
(Santiago 1:5) Pero si alguno de vosotros se ve
falto de sabiduría, que la pida a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin
reproche, y le será dada.
Oración…
Señor, hoy reconozco que Tú
eres Soberano y estás en control de mi vida y de todo lo que sucede en este
mundo. Tú quitas y pones gobernantes. Tus ojos están sobre los justos, y tus
oídos están atentos a sus oraciones. Por eso, hoy vengo a pedirte sabiduría, la
cual tú das abundantemente y sin reproche a quien la pida.
Sobre todo, Señor, te pido
la sabiduría que no es de este mundo, esa sabiduría que ninguno de los
gobernantes de este mundo ha entendido. Quiero ver cosas que ojo no vio, ni
oído oyó, ni han subido al corazón del hombre, porque éstas son las cosas que
Tú has preparado para los que te aman.
…Continúa en tu oración
personal…
(ref. Daniel 2:20-23;1
Pedro 3:12; 1 Corintios 2:6-9)
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