En la entrada anterior leímos la revelación que Daniel tuvo sobre el
sueño del rey. Hoy veremos la interpretación de dicho sueño:
(Daniel 2:36-45) Este es el sueño; también la interpretación de él diremos
en presencia del rey. Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del
cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad. Y dondequiera que habitan
hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu
mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro. Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la tierra. Y
el cuarto reino será fuerte como hierro;
y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará
todo. Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de
alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de
la fuerza del hierro, así como viste hierro
mezclado con barro cocido. Y por ser los dedos de los pies en parte de
hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte
frágil. Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de
alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se
mezcla con el barro. Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido,
ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos
reinos, pero él permanecerá para siempre, de la manera que viste que del monte
fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el
barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de
acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación.
REVELACIÓN HISTÓRICA
A través de este
sueño, Dios le dio a Nabucodonosor la revelación de la historia de la
humanidad. Las diferentes partes de la imagen del sueño representan los reinos
más poderosos en la historia de
la humanidad:
Cabeza de oro
|
Babilonia
|
Brazos y pecho de
plata
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Media y Persia
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Vientre de bronce
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Grecia
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Piernas de hierro
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Roma
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Pies de hierro y
barro
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El último reino
del hombre
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La ROCA
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El Reino del Mesías
|
Todo comienza en
Babilonia, un imperio que fue construido sobre las ruinas de la Torre de Babel (Génesis
11:1-9), el lugar donde los hombres se levantaron en reto a Dios, buscando
poder y gloria.
Cuando Daniel llama
a Nabucodonosor como “el rey de reyes” (Dan. 2:37), no es que lo esté
glorificando sobre Dios, sino que está reconociendo que en el ámbito de los
reyes del mundo, éste ha sido el rey más poderoso de la historia. Pero, a partir de Babilonia, los reinos del
hombre van en descenso de calidad.
LA ROCA
Desde el principio
de la historia, los hombres han tratando de construir su propio reino. Al
elegir las piedras de construcción, rechazaron la mejor piedra, porque lo que
buscaban no era la mejor edificación sino su propia gloria.
(Salmo
118:22-23) La piedra que desecharon los edificadores
ha venido a ser la piedra principal del ángulo.
Obra del SEÑOR es esto; admirable a nuestros ojos.
En el sueño, una
gran roca destruye la imagen del hombre. Esa piedra es la que destruirá los
reinos humanos, y vendrá a ser la piedra angular de la edificación del Reino de
Dios en la Tierra.
La Roca es el último
reino, pero no hecho de manos humanas, porque viene de Dios. Representa el Reino
del Mesías que vendrá a derrocar a los reinos del hombre. Su reino será el
verdadero imperio mundial que gobernará sobre toda la Tierra (Salmo 2).
El profeta Isaías
nos revela que la capital del Reino de Dios estará en Sión (Jerusalén), y el
rey será el Mesías (1 Pedro 2:5-8).
(Isa. 28:16-17) Por tanto, así dice el Señor DIOS: He aquí, pongo por
fundamento en Sion una piedra, una piedra probada, angular, preciosa,
fundamental, bien colocada. El que crea en ella no será perturbado.
Oración…
Veo que, desde tiempos
antiguos y aún ahora las naciones se sublevan, se levantan los reyes de la
tierra, y los gobernantes traman unidos contra Dios y contra su Ungido,
diciendo: ¡Rompamos sus cadenas y sus cuerdas! Señor, no se quieren
someter a Ti, aunque eres Tú el verdadero Rey de reyes y Señor de señores. Pero
hoy, yo reconozco que Tú, Dios eterno, has consagrado a tu Hijo Jesús como el Rey
del mundo. El Señor es la piedra fundamental del Reino de Dios en la Tierra. Me
uno a la voluntad divina, pidiendo a mi nación como herencia tuya, y como
posesión tuya los confines de la tierra. Adoro al Señor con reverencia, y
honro al Hijo como mi Rey, pues bendito es el que se refugia en Él.
…Continúa en tu oración
personal…
(ref. Salmo 2)
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