En el estudio de ayer, vimos que el rey de Babilonia quería probar la
lealtad de sus súbditos, especialmente los extranjeros. Con ese fin, el rey convocó
a todos los líderes de las provincias para que estuvieran presentes en la
inauguración de la estatua gigante de oro. A la señal de la música, todos se
postraron ante la imagen del rey para demostrar su lealtad.
(Daniel 3:7) Por lo cual, al oír todos los pueblos el son de la bocina,
de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo
instrumento de música, todos los pueblos, naciones y lenguas se postraron y
adoraron la estatua de oro que el rey Nabucodonosor había levantado.
Todos los líderes del imperio de Babilonia se postraron ante la imagen
del rey para rendirle pleitesía, y en señal de sumisión a Nabucodonosor. Todos
lo hicieron… excepto: Sadrac, Mesac y
Abednego.
ENTRE LA ESPADA Y LA PARED
Los tres jóvenes judíos estaban entre la espada y la pared, pues tenían
que decidir entre dos opciones:
a. Por un lado, su vida estaba en riesgo si no se postraban ante la
imagen, pues había una sentencia de muerte a quien no lo hiciera:
(Daniel 3:6) y cualquiera que no se postre y adore, inmediatamente
será echado dentro de un horno de fuego ardiendo.
b. Por otro lado, su fe les prohibía postrarse y adorar a imágenes e
ídolos.
Claramente la Biblia dice:
(Exo. 20:4-6) No te harás
imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la
tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las
honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la
maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de
los que me aborrecen.
Una de las principales causas por las que Dios permitió que los judíos
fueran llevados cautivos a Babilonia era precisamente porque el pueblo había
caído en idolatría (Deu. 4:23-31).
(Josué 23:16) Si traspasareis el pacto de Jehová vuestro Dios que él os
ha mandado, yendo y honrando a dioses ajenos, e inclinándoos a ellos. Entonces
la ira de Jehová se encenderá contra vosotros, y pereceréis prontamente de esta
buena tierra que él os ha dado.
En ese momento se pondría a prueba si esos jóvenes habían aprendido la
lección, o si caerían en el mismo error.
LA DECISIÓN
Mientras que el rey de Babilonia estaba probando la lealtad de sus
súbditos, también el Rey de universo estaba probando la fidelidad de sus hijos.
Felizmente, los tres jóvenes judíos escogieron obedecer a Dios antes
que al hombre. Sadrac, Mesac y Abed-nego decidieron no postrarse ante la
imagen, aunque esto les costara su vida.
Medita…
Hay momentos en la vida que vamos a tener que decidir si tendremos más
temor de Dios o temor de los hombres.
(Job 4:6) ¿No es tu temor a Dios tu confianza, y la integridad de tus
caminos tu esperanza?
Oración…
Cuando me enfrente a
situaciones en mi vida en la que tenga que escoger entre quedar bien con los
hombres o con Dios, desde ahora tomo la decisión de agradarte a Ti, Señor. Porque
reconozco que el temor al hombre es un lazo, pero el que confía en el Señor
estará seguro.
Desde hoy tomo la decisión
que quiero vivir mi vida, no como agradando a los hombres, sino a Dios que
examina nuestros corazones.
…Continúa en tu oración
personal…
(ref. Proverbios 29:25, Santiago
2:19-20)
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