miércoles, 25 de septiembre de 2019

25. Engrandece al Altísimo (Dan. 4:34-37)

La soberbia y el orgullo de Nabucodonosor trajo como resultado su humillación y deshonra. Tal como dice la Biblia:
(Proverbios 11:2) Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; pero con los humildes está la sabiduría.

El arrepentimiento es el antídoto a todo mal. Cuando Nabucodonosor se arrepintió y se humilló ante Dios, regresó su sanidad mental.
(Daniel 4:34-35) Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades. Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?

Dios uso al rey más poderoso del mundo para enseñar a la humanidad una poderosa lección: Dios es Todopoderoso, y está en control de todo lo que pasa en el Cielo y en la Tierra.

FUE RESTAURADO
Hay un proverbio que refleja el proceso que pasó el rey Nabucodonosor:
(Proverbios 18:12) Antes de la destrucción el corazón del hombre es altivo, pero a la gloria precede la humildad.

La altivez y soberbia del rey lo llevó a ser humillado hasta el suelo, literalmente, sirviendo como ejemplo a toda la humanidad. Pero cuando el rey se arrepintió y se humilló delante de Dios, su grandeza fue restaurada.
(Daniel 4:36) En el mismo tiempo mi razón me fue devuelta, y la majestad de mi reino, mi dignidad y mi grandeza volvieron a mí, y mis gobernadores y mis consejeros me buscaron; y fui restablecido en mi reino, y mayor grandeza me fue añadida.

La restauración de Nabucodonosor también nos sirve de ejemplo, porque eso es lo que Dios quiere para todos nosotros.
(Santiago 4:10)  Humillaos en la presencia del Señor y El os exaltará.

El capítulo cierra con un versículo de exaltación a Dios, el único que merece la gloria y la honra. El rey reconoció al Rey de reyes y Señor de Señores.
(Daniel 4:37) Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia.

SOMBRA DE LO QUE VENDRÁ
Así como fue puesto a prueba el rey de Babilonia, toda la humanidad será también puesta a prueba en los últimos tiempos, para ver si reaccionan con soberbia o con humildad ante Dios. El profeta Isaías explica que, cuando el Mesías regrese en el Día del Señor, los altivos serán destruidos, pero los humildes serán salvados.
(Isaías 2:11-17) La altivez de los ojos del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y Jehová solo será exaltado en aquel día. Porque día de Jehová de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, sobre todo enaltecido, y será abatido; sobre todos los cedros del Líbano altos y erguidos, y sobre todas las encinas de Basán; sobre todos los montes altos, y sobre todos los collados elevados; sobre toda torre alta, y sobre todo muro fuerte; sobre todas las naves de Tarsis, y sobre todas las pinturas preciadas. La altivez del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y solo Jehová será exaltado en aquel día.

Oración…
Hoy me uno a la oración del rey, y bendigo al Altísimo. Alabo y glorifico al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades. Reconozco que tú eres Dios Todopoderoso, que haces según tu voluntad en el cielo y en la tierra, y no hay quien detenga tu mano, ni puedo pedirte explicación de lo que haces, porque tu voluntad perfecta será hecha. Exalto y adoro al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia.
Señor, oramos para que en el día de tu Venida, nos encuentres de rodillas, humillados ante Tu Presencia. Tú dijiste que cualquiera que se ensalce, será humillado, y cualquiera que se humille, será ensalzado. Y también dijiste que el mayor será el servidor. Por lo tanto, hoy tomo la decisión de andar en humildad, ante Dios y ante los hombres.
Dios mío, Tú has declarado lo que es bueno y lo que tú demandas, y eso es lo que haré: practicar la justicia, amar la misericordia, y andar humildemente ante Ti.
…(Continúa en tu oración personal)…

(ref. Mateo 23:11-12; Daniel 4:34-37; Proverbios 18:12; Miqueas 6:8)

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