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La Biblia nos habla de cuatro jóvenes del Reino de
Judá que fueron elegidos para servir en el palacio de Nabucodonosor, el rey más
poderoso de la historia.
(Daniel 1:6) Entre éstos estaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, de los
hijos de Judá.
A Babilonia le gusta tomar lo mejor del mundo,
porque supuestamente está a favor de la “diversidad”; pero al final lo que
busca es asimilar a todos a su sistema, que considera como lo mejor del mundo.
Como parte de eso, a los judíos cautivos les fue cambiado el nombre.
(Daniel 1:7) A éstos el jefe de los eunucos puso nombres: puso a Daniel, Beltsasar; a
Ananías, Sadrac; a Misael, Mesac; y a Azarías, Abed-nego.
Los nombres originales de estos jóvenes estaban
relacionados con el Dios de Israel; pero en Babilonia les fueron dados nuevos
nombres relacionados con deidades locales.
Nombre hebreo
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significado
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Nuevo nombre
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significado
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DANIEL
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Dios es mi juez
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Beltsasar
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Bel protegerá
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ANANIAS
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Jehová ha favorecido
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Sadrac
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Escriba, inspirado de Aku
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MISAEL
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Quien es lo que Dios
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Mesac
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Que pertenece a Aku
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AZARÍAS
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Jehová ha ayudado
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Abed-nego
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Siervo de Nego
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Seguramente Daniel fue llamado “Beltsasar” en la
corte de Babilonia, pero él nunca se llamó asimismo de esa manera. El se
propuso guardar su identidad y no asimilarse al sistema de Babilonia. Vivió y
sirvió en Babilonia, pero él nunca dejó de identificarse como israelita.
FIEL A
JEHOVÁ
Daniel sirvió al rey de Babilonia, y lo hizo con
excelencia, pero su lealtad primordial siempre fue con Jehová, el Dios de
Israel. Un ejemplo de esto lo vemos en la decisión de qué comer…
A todos los que servían al rey de Babilonia se les
daban la mejor comida del reino, similar a lo que comía el rey en su mesa.
(Daniel 1:5) Y les señaló el rey ración para cada día, de la
provisión de la comida del rey, y del vino que él bebía; y que los criase tres
años, para que al fin de ellos se presentasen delante del rey.
Aunque esto fuera un gran privilegio, para Daniel no
era aceptable, ya que todos sabían que la carne y el vino del rey era ofrecida
a los ídolos paganos antes de ser servida a la mesa. Si Daniel hubiera comido
de los manjares del rey de Babilonia, él hubiera participado de comida dedicada
a los ídolos (1 Corintios 10:18-20).
Daniel estaba en Babilonia, y no podía salir de
allí; pero tomó la decisión de no asimilarse ni abandonar su fe. Antes de comer
algo prohibido por Dios, él tomó el riesgo de apelar a la autoridad.
(Daniel 1:8) Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la
comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los
eunucos que no se le obligase a contaminarse.
Esta decisión podía ser cuestión de vida o muerte
para el siervo hebreo, pero Dios le ayudó concediéndole gracia ante sus
jefes.
(Daniel 1:9) Dios concedió a Daniel hallar favor
y gracia ante el jefe de los oficiales.
Medita…
Babilonia (figura del sistema del mundo) presiona
para que uno se adapte a su forma de pensar. Si uno no se propone de antemano a
mantenerse fiel al orden de Dios, lo más probable es que uno será llevado por
la corriente. “Proponerse en el corazón”
no viene por “casualidad”, sino que es una determinación hecha de antemano.
Oración…
Señor, yo
quiero seguir el ejemplo de Daniel, quien se propuso en su corazón no contaminarse
con el mundo. Aunque estoy en el mundo, no soy del mundo. No te pido que me
saques del mundo, pero sí te ruego que me guardes del maligno.
Así como
Daniel, yo también estoy determinado a permanecer fiel al orden de Dios.
Santifícame en la verdad; Tu Palabra es verdad.
Señor, no
quiero adaptarme a este mundo, sino que quiero ser transformado mediante la
renovación de mi mente, para verificar cuál es la voluntad de Dios: lo que es
bueno, aceptable y perfecto.
…Continúa
en tu oración personal…
(ref. Juan
17:14-19; Romanos 12:2)
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