Ya estamos llegando al final del estudio
de la vida de Daniel. Mañana cerraremos con una conclusión de este estudio (y
próximamente, si Dios lo permite, estaremos estudiando los capítulos proféticos
de Daniel).
Dado que hoy (9 octubre 2019) es el Día de Expiación (en hebreo: Yom
Kipur), leeremos como nuestra oración del día las palabras que Daniel
habló como intercesión por su pueblo, en confesión y arrepentimiento:
(Daniel 9:3-19) Y volví mi rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en
ayuno, cilicio y ceniza.
4 Y oré a Jehová mi Dios e
hice confesión diciendo: Ahora, Señor, Dios grande, digno de ser temido, que
guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus
mandamientos;
5 hemos pecado, hemos cometido
iniquidad, hemos hecho impíamente, y hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado
de tus mandamientos y de tus ordenanzas.
6 No hemos obedecido a tus
siervos los profetas, que en tu nombre hablaron a nuestros reyes, a nuestros
príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra.
7 Tuya es, Señor, la justicia,
y nuestra la confusión de rostro, como en el día de hoy lleva todo hombre de
Judá, los moradores de Jerusalén, y todo Israel, los de cerca y los de lejos,
en todas las tierras adonde los has echado a causa de su rebelión con que se
rebelaron contra ti.
8 Oh Jehová, nuestra es la
confusión de rostro, de nuestros reyes, de nuestros príncipes y de nuestros
padres; porque contra ti pecamos.
9 De Jehová nuestro Dios es el
tener misericordia y el perdonar, aunque contra él nos hemos rebelado,
10 y no obedecimos a la voz de
Jehová nuestro Dios, para andar en sus leyes que él puso delante de nosotros
por medio de sus siervos los profetas.
11 Todo Israel traspasó tu ley
apartándose para no obedecer tu voz; por lo cual ha caído sobre nosotros la
maldición y el juramento que está escrito en la ley de Moisés, siervo de Dios;
porque contra él pecamos.
12 Y él ha cumplido la palabra
que habló contra nosotros y contra nuestros jefes que nos gobernaron, trayendo
sobre nosotros tan grande mal; pues nunca fue hecho debajo del cielo nada
semejante a lo que se ha hecho contra Jerusalén.
13 Conforme está escrito en la
ley de Moisés, todo este mal vino sobre nosotros; y no hemos implorado el favor
de Jehová nuestro Dios, para convertirnos de nuestras maldades y entender tu
verdad.
14 Por tanto, Jehová veló
sobre el mal y lo trajo sobre nosotros; porque justo es Jehová nuestro Dios en
todas sus obras que ha hecho, porque no obedecimos a su voz.
15 Ahora pues, Señor Dios
nuestro, que sacaste tu pueblo de la tierra de Egipto con mano poderosa, y te
hiciste renombre cual lo tienes hoy; hemos pecado, hemos hecho impíamente.
16 Oh Señor, conforme a todos
tus actos de justicia, apártese ahora tu ira y tu furor de sobre tu ciudad
Jerusalén, tu santo monte; porque a causa de nuestros pecados, y por la maldad
de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son el oprobio de todos en derredor
nuestro.
17 Ahora pues, Dios nuestro,
oye la oración de tu siervo, y sus ruegos; y haz que tu rostro resplandezca
sobre tu santuario asolado, por amor del Señor.
18 Inclina, oh Dios mío, tu
oído, y oye; abre tus ojos, y mira nuestras desolaciones, y la ciudad sobre la
cual es invocado tu nombre; porque no elevamos nuestros ruegos ante ti
confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas misericordias.
19 Oye, Señor; oh Señor,
perdona; presta oído, Señor, y hazlo; no tardes, por amor de ti mismo, Dios
mío; porque tu nombre es invocado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo.
Nota: Mañana cerraremos el ayuno en el
día 40 con la conclusión del estudio de la vida de Daniel…
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