jueves, 10 de octubre de 2019

40. Conclusión: Cambia tiempos y edades


En el estudio de Daniel, hemos leído cómo imperios cambian, y cómo reinos suben y bajan, pero algo que queda claro a lo largo del libro es que Jehová, Dios de Israel, está en control de todo. En palabras de Daniel:
(Daniel 2:21) El es quien cambia los tiempos y las edades; quita reyes y pone reyes; da sabiduría a los sabios, y conocimiento a los entendidos.

Otro punto que queda claro es que muchos de estos cambios fuero hechos en función de Israel:

à Cuando Dios dispuso disciplinar a su pueblo, Él levantó a Nabucodonosor;
à Para ponerle un límite a la maldad de Babilonia, el Señor cambió imperios: cayó Babilonia para darle paso al imperio Medo-Persa;
à Cuando llegaron los 70 años de cautiverio de los judíos, el Señor puso en el poder a Ciro para que abriera las puertas del retorno a la Tierra Prometida.

DECRETO DE CIRO
Luego de Darío, subió al poder Ciro el persa, a quien Daniel también sirvió (Dan. 6:28). En el primero año de su reinado, Ciro puso fin al cautiverio de los judíos.
(2 Crónicas 36:22-23) Mas al primer año de Ciro rey de los persas, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, Jehová despertó el espíritu de Ciro rey de los persas, el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito, por todo su reino, diciendo: Así dice Ciro, rey de los persas: Jehová, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra; y él me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá. Quien haya entre vosotros de todo su pueblo, sea Jehová su Dios con él, y suba.

Ciro no sólo permitió a los judíos regresar a la Tierra Prometida, sino que ayudó a financiar la reconstrucción del Templo en Jerusalén (Esdras 1).

Así como Dios llamó “siervo” a Nabucodonosor, también lo hizo con Ciro de Persia, ya que también este rey sirvió a los propósitos del Señor para su Pueblo Israel. Esto lo profetizó Isaías cien años antes de los acontecimientos:
(Isaías 45:1-6)  Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir delante de él puertas, y las puertas no se cerrarán: Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos; y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre. Por amor de mi siervo Jacob, y de Israel mi escogido, te llamé por tu nombre; te puse sobrenombre, aunque no me conociste. Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste, para que se sepa desde el nacimiento del sol, y hasta donde se pone, que no hay más que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo,

REMANENTE QUE RETORNÓ
¿Cuántos retornaron a Jerusalén? Lamentablemente sólo un 5% de los judíos en Babilonia tuvo la voluntad de retornar. Tenían la autorización y las finanzas para hacerlo, pero prefirieron quedarse en Babilonia porque estaban muy cómodos en el lugar de su cautiverio. Sólo un remanente de valientes y fieles retornaron a Jerusalén cuando tuvieron la oportunidad de hacerlo (Esdras 2).

Medita…
Muchas veces nos acostumbramos a los cautiverios espirituales en los que caemos. Llegan a parecernos tan normales, que cuando se abre la oportunidad de ser libres, preferimos mantener el “status quo” en lugar de hacer el esfuerzo para la liberación. Caemos en cautiverios religiosos, en lugar de llevar una vida espiritual plena, cumpliendo el propósito para el cual fuimos creados. 

Oración…
Ahora que cerramos el ayuno, te pido Señor que me muestres si he caído en algún cautiverio espiritual. No quiero quedar con ataduras religiosas que no me permiten vivir en la plenitud del propósito que Tú tienes para mí.
Señor, ¿acaso no es el ayuno que Tú escogiste: desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y romper todo yugo? Caigan las vendas para que pueda ver; caigan las cadenas para que pueda ser libre para cumplir el destino que tú tienes para mi vida.
Hoy declaro que yo y mi casa serviremos a Jehová. Juntos edificaremos las ruinas antiguas, levantaremos los cimientos de generación en generación, y seremos llamados reparadores de portillos, restauradores de calzadas para habitar. Nos pararemos en los caminos y miraremos, y preguntaremos por los senderos antiguos cuál es el buen camino, y andaremos por él…y hallaremos descanso para nuestras almas. AMEN.

(ref. Isaías 58:1-12; Josué 24:15; Jeremías 6:16)

Nota: Próximamente sacaremos los estudios de los capítulos proféticos de Daniel…

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