sábado, 4 de enero de 2020

Daniel 11:1-14. Profecía del cambio de imperios


Los capítulos 11 y 12 continúan la visión y revelación que comenzaron en el capítulo 10. Daniel continúa en la presencia del Hijo del hombre (Jesús), quien iba acompañado del ángel Miguel (Dan. 10:13).

Como vimos en el capítulo anterior, la fecha de esta visita celestial se dio en el tercer año de Ciro (Dan. 10:1), ya habiendo pasado dos años desde que comenzó el retorno de los judíos hacia la Tierra de Israel (457 a.C.). Pero el visitante especial le revela algo sorprendente a Daniel:
(Daniel 11:1) Y yo mismo, en el año primero de Darío el medo, estuve para animarlo y fortalecerlo.

El Señor ha estado con los reyes de Medo-Persia desde el principio de su reinado (Dan. 10:13). Ante esa revelación, no es de extrañar entonces por qué los reyes de Media y Persia fueron tan favorables hacia los judíos desde un inicio.


CAMBIO DE REYES Y REINOS
De nuevo vemos como Dios hace evidente que él es quien “cambia los tiempos y las edades; quita reyes y pone reyes” (Dan. 2:21). En esta ocasión, el Señor le reveló a Daniel cómo se perfila el futuro político de Persia:
(Daniel 11:2) Y ahora yo te mostraré la verdad. He aquí que aún habrá tres reyes en Persia, y el cuarto se hará de grandes riquezas más que todos ellos; y al hacerse fuerte con sus riquezas, levantará a todos contra el reino de Grecia.

Aunque Persia tuvo muchos reyes en su historia, el Señor llevó a Daniel a concentrarse en los cuatro siguientes reyes, porque el cuarto (Jerjes I) provocó una guerra contra los espartanos, y esto despertó a que Grecia se levantara contra Persia. Hay duda sobre cuáles reyes persas son exactamente los que se mencionan en la profecía, pero se cree que son los siguientes: Cambises, Bardiya, Darío I, Jerjes I. Todavía hubo otros reyes persas, pero perdieron su hegemonía como imperio universal.

Eventualmente, quien derrotó al gran imperio persa fue Alejandro el Magno, estableciendo un nuevo imperio: Grecia, cumpliéndose así la profecía que le fue revelada a Daniel.
(Daniel 11:3) Se levantará luego un rey valiente, el cual dominará con gran poder y hará su voluntad.

Alejandro el Magno fue más un conquistador que un emperador. Tan pronto terminó su conquista a los 32 años, él murió y su imperio fue dividido, tal como dice la profecía:
(Daniel 11:4) Pero cuando se haya levantado, su reino será quebrantado y repartido hacia los cuatro vientos del cielo; no a sus descendientes, ni según el dominio con que él dominó; porque su reino será arrancado, y será para otros fuera de ellos.

Esta revelación ya había sido sugerida en la visión del carnero y el macho cabrío (Daniel 8). Como vimos, el imperio de Alejandro el Magno fue dividida entre sus 4 generales:

  1. Seleuco (Siria e Israel)
  2. Ptolomeo (Egipto)
  3. Casandro (Grecia y Macedonia)
  4. Lisímaco (Tracia y Asia Menor)

Daniel ya no verá el cumplimiento de esto en su vida, pero el Señor le va a revelar ciertos detalles de lo que sucederá después.

Esta conversación del Señor con Daniel es como la que una persona tiene con un amigo, a quien le confía sus planes personales. Daniel dispuso su corazón a entender, y el Señor le explicó .
(Daniel 10:12) … desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido.

En el momento en que Daniel escuchó la explicación, para él era profecía sobre eventos que ocurrirían en su futuro. Pero para nosotros en el siglo XXI, los reyes de Persia y Grecia ya quedaron en el pasado, y son historia. Sin embargo, Daniel lo escribió para la posteridad, porque hay patrones de lo que pasó en la historia que se volverán a repetir en los tiempos del fin:
(Daniel 10:14) He venido para hacerte saber lo que ha de venir a tu pueblo en los postreros días; porque la visión es para esos días.

REY DEL SUR Y DEL NORTE
Luego que Daniel recibió la revelación sobre la división del imperio helénico (Grecia), la visión se concentrará en dos reyes, ya que estos son los que van a tener relación con el pueblo judío:

1.    Rey del sur es el reino ptolomeo (Egipto)
2.    Rey del norte es el reino seléucida (Siria)

Lo que leemos como profecía dada a Daniel, para nosotros en el día de hoy ya lo leemos como “historia”, pues ya se cumplió.

REY DEL SUR
Luego de la muerte de Alejandro Magno, el primer reino helénico que tuvo injerencia en la Tierra de Israel fue el reino Ptolomeo (de Egipto). Por ende, ese es el primer rey que aparece en la visión de Daniel:
(Daniel 11:5) Y se hará fuerte el rey del sur; mas uno de sus príncipes será más fuerte que él, y se hará poderoso; su dominio será grande.

El dominio de los ptolomeos sobre Israel fue corta. Pronto se levantó una competencia entre el rey del norte y el rey del sur.

ALIANZA ENTRE NORTE Y SUR
El sueño de Daniel revela que el rey del norte y del sur van a hacer un “matrimonio por conveniencia”, como alianza estratégica; pero luego dice que esa táctica no les funcionará…
(Daniel 11:6) Al cabo de años harán alianza, y la hija del rey del sur vendrá al rey del norte para hacer la paz. Pero ella no podrá retener la fuerza de su brazo, ni permanecerá él, ni su brazo; porque será entregada ella y los que la habían traído, asimismo su hijo, y los que estaban de parte de ella en aquel tiempo.

Efectivamente así sucedió: el rey del sur (Ptolomeo Filadelfo de Egipto) entregó a su hija Berenice como esposa al rey del norte (Antioco Teo de Siria), como una alianza estratégica. El problema es que Antíoco ya estaba casado y con hijos. Después de un corto tiempo, Antíoco volvió a llamar a su mujer Laodice, y como venganza ella envenenó al rey y puso a su hijo Calinico en el trono de Siria. También Berenice y sus siervos fueron asesinados. 

La historia también confirma la siguiente parte de la profecía, cuando Ptolomeo Euerguetes, hermano de Berenice subió a Siria a vengar su muerte, y sacó gran botín en esa invasión.
(Daniel 11:7-9) Pero un renuevo de sus raíces se levantará sobre su trono, y vendrá con ejército contra el rey del norte, y entrará en la fortaleza, y hará en ellos a su arbitrio, y predominará. Y aun a los dioses de ellos, sus imágenes fundidas y sus objetos preciosos de plata y de oro, llevará cautivos a Egipto; y por años se mantendrá él contra el rey del norte. Así entrará en el reino el rey del sur, y volverá a su tierra.

Luego de la venganza, vino la revancha: los hijos de Calinico se levantaron y recuperaron sus tierras.
(Daniel 11:10) Mas los hijos de aquél se airarán, y reunirán multitud de grandes ejércitos; y vendrá apresuradamente e inundará, y pasará adelante; luego volverá y llevará la guerra hasta su fortaleza. 

La historia confirma lo que Daniel recibió en profecía: que los reyes del norte y del sur tuvieron confrontaciones continuas, en lucha por el dominio de la región—e Israel estaba en medio. No entraremos en más detalles, pero baste señalar que datos históricos han confirmado el cumplimiento de las palabras de esta profecía.
(Daniel 11:11-14) Por lo cual se enfurecerá el rey del sur, y saldrá y peleará contra el rey del norte; y pondrá en campaña multitud grande, y toda aquella multitud será entregada en su mano. Y al llevarse él la multitud, se elevará su corazón, y derribará a muchos millares; mas no prevalecerá. Y el rey del norte volverá a poner en campaña una multitud mayor que la primera, y al cabo de algunos años vendrá apresuradamente con gran ejército y con muchas riquezas. En aquellos tiempos se levantarán muchos contra el rey del sur; y hombres turbulentos de tu pueblo se levantarán para cumplir la visión, pero ellos caerán.

En la próxima entrada continuaremos leyendo el capítulo 11, que sigue describiendo las profecías sobre el reino del sur y el reino del norte…

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