El 9 de Av (mes 5 del calendario bíblico, en hebreo: Tisha B'Av) es un día oscuro en la historia de Israel, ya que en ese día fue destruido el Templo—tanto el primero como el segundo:
1. El Primer Templo fue destruido por los babilonios en el año 587 a.C.
2. El Segundo Templo fue destruido por el ejército romano en el año 70 d.C.
Por esta razón se ha establecido entre los judíos la costumbre de ayunar en ese día.
Aun hoy este ayuno sigue vigente porque el Templo en Jerusalén aún no ha sido restaurado. Los judíos volvieron a la Tierra Prometida, y establecieron el estado de Israel en 1948, y aún recuperaron el dominio sobre Jerusalén en la Guerra de 1967, pero el Monte del Templo sigue ocupado; en el lugar donde estaba el Santuario del Templo, hoy se encuentra el Domo de la Roca, y a un lado la Mezquita Al-aqsa.
Actualmente hay un gran dilema sobre el derecho de los judíos sobre el Monte del Templo, y no sólo nos referimos a la construcción del Templo sino aún el derecho de subir y orar en esa área. Hay muchos argumentos a favor y en contra, desde una perspectiva política e histórica; pero lo que aquí nos interesa es buscar lo que la Biblia dice al respecto. ¿Cuál es la opinión de Dios sobre el Templo y su posible reconstrucción?
Hay mucho que decir al respecto, pero hoy nos enfocaremos en algo que el profeta Zacarías escribió…
ECO DEL LAMENTO
Encontramos un eco del la destrucción del Templo en la boca del Ángel del Señor:
(Zacarías 1:12) Respondió el ángel de Jehová y dijo: Oh Jehová de los ejércitos, ¿hasta cuándo no tendrás piedad de Jerusalén, y de las ciudades de Judá, con las cuales has estado airado?
Dios permitió la destrucción del Templo debido al pecado del pueblo de Israel (1 Reyes 9:6-9); pero Él dejó claro que no sería para siempre…
(Nehemías 1:8-9) Acuérdate ahora de la palabra que diste a Moisés tu siervo, diciendo: Si vosotros pecareis, yo os dispersaré por los pueblos; pero si os volviereis a mí, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, aunque vuestra dispersión fuere hasta el extremo de los cielos, de allí os recogeré, y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre.
Los profetas hablaron sobre la restauración de Jerusalén y de la Casa de Dios. La pregunta entonces es: ¿Hasta cuándo?
El Señor respondió a esta pregunta que hizo el Ángel de Jehová:
(Zacarías 1:13-17) Y Jehová respondió buenas palabras, palabras consoladoras, al ángel que hablaba conmigo. Y me dijo el ángel que hablaba conmigo: Clama diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Celé con gran celo a Jerusalén y a Sion. Y estoy muy airado contra las naciones que están reposadas; porque cuando yo estaba enojado un poco, ellos agravaron el mal. Por tanto, así ha dicho Jehová: Yo me he vuelto a Jerusalén con misericordia; en ella será edificada mi casa, dice Jehová de los ejércitos, y la plomada será tendida sobre Jerusalén. Clama aún, diciendo: Así dice Jehová de los ejércitos: Aún rebosarán mis ciudades con la abundancia del bien, y aún consolará Jehová a Sion, y escogerá todavía a Jerusalén.
En este 9 de Av tenemos palabras de consuelo: Jerusalén será restaurada.
El Señor escogió Jerusalén como su Ciudad especial, y esto no lo hizo sólo por un tiempo sino ¡para siempre! La Palabra dice que el Señor regresará y morará allí, en el Monte del Templo, el lugar donde puso Su Nombre. Dios aún escogerá a Jerusalén y todavía consolará a Sión…
El encuentro de Jesús con la samaritana
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