En
el calendario hebreo hay un tiempo que se conoce como “período de
arrepentimiento”, que va del 1 de Elul (mes 6) al 10 de Tishri
(mes 7)*. Es un período de 40 días, que culmina con el Día de Expiación (heb. Yom
Kipur).
* (En 2019: 1 septiembre al 9 octubre)
Históricamente,
estos son los días en que Moisés subió al Monte Sinaí para pedir perdón por el
Pecado del Becerro de Oro. Con ese pecado, el pueblo de Israel rompió el Pacto
que hicieron con Dios. Moisés subió al Monte el 1 de Elul, con el propósito de
interceder por Israel. Allí estuvo hasta el 10 de Tishri, y en ese día
descendió con las Segundas Tablas del Pacto como testimonio que Dios había perdonado
a su pueblo, y les daría otra oportunidad.
(Éxodo
34:28) Y él estuvo allí con Jehová cuarenta días y
cuarenta noches; no comió pan, ni bebió agua; y escribió en tablas las palabras
del pacto, los diez mandamientos.
Todos
podemos identificarnos con el pueblo de Israel, porque hemos fallado a Dios, aún
después de haberle conocido y haber hecho un compromiso de vida con Él. Este
período de arrepentimiento es un tiempo propicio para analizar nuestras vidas y
ver de qué necesitamos arrepentirnos para estar a cuentas con Dios y recibir su
perdón.
ÚLTIMAS
FIESTAS
El período de arrepentimiento está relacionado con las
últimas fiestas bíblicas, sirviendo de preámbulo y preparación, en especial en
relación con el Día de Expiación.
Según la tradición judía, Yom Kipur es el día en
que Dios juzga las acciones e intenciones de cada persona. Las obras del año
que se cierra son puestas en la balanza, y en base a eso será determinado lo
que vendrá el siguiente año. Vendrá gracia y favor si se hizo el bien, pero
desfavor si se actuó mal. Yom Kipur es el último día para
arrepentirse y para cambiar la balanza. Por eso, el pueblo judío ayuna ese día para
buscar el perdón y el favor de Dios.
Hay un paralelo entre esta tradición y el significado
profético de esta fiesta: el cumplimiento mesiánico de Día de Expiación (heb. Yom
Kipur) apunta al día en que Jesús vendrá como juez a juzgar a las naciones.
Ese será el último día para arrepentirse, y quien no lo haga, tendrá que dar
cuenta por sus obras ante Dios.
Las Fiestas Bíblicas (Levítico 23) nos hablan
proféticamente de la Venida del Mesías. Jesús (heb. Yeshua) cumplió las
primeras cuatro fiestas en su Primera Venida (Pascua, Panes sin Levadura,
Primicias y Semanas); y en su Segunda Venida cumplirá las últimas tres fiestas.
Estas últimas fiestas son:
- Fiesta de las Trompetas (heb. Yom Teruah o Rosh
HaShanah), que profetiza sobre el anuncio de su venida con el sonido
del shofar (cuerno de carnero).
- Día de Expiación (heb. Yom Kipur), que
representa el Día del Señor, cuando el Mesías vendrá como juez del mudo, y
tomará su lugar como Rey de reyes y Señor de señores.
- Fiesta de Tabernáculos (heb. Sukot), representa
simbólicamente el reinado mesiánico durante el Milenio.
LLAMADO DEL SHOFAR
A lo largo de la Biblia, podemos ver que Dios nunca envía
juicio sin primero enviar una advertencia y un llamado de atención. El shofar
o trompeta funciona como una advertencia, anunciando que un peligro inminente
se acerca.
Sonidos del shofar:
¿Con qué propósito se toca la trompeta o el
shofar? Según la tradición hebrea, el shofar se toca con diferentes
propósitos:
- como un llamado de atención a la congregación.
- como alarma por una amenaza inminente
- para convocar al pueblo a una asamblea.
Durante todo el mes de Elul, se suena el shofar muchas
veces durante el día, como un llamado al pueblo para arrepentirse. La
culminación del llamado del shofar se hace en el Día de Trompetas (heb. Yom
Teruah), en el primer día del año, también conocido como: Rosh Hashanah
(lit. cabeza del año).
En un sentido profético, la Fiesta de Trompetas anuncia
la venida del Mesías, siendo el sonido del shofar una advertencia y un llamado
al arrepentimiento, antes de que llegue el día del juicio (1 Tes. 4:16).
Tiempo para arrepentirse (vinculado a las últimas fiestas
que hablan del retorno del Mesías—Él viene a traer orden y justicia al mundo, y
nosotros debemos prepararnos para ese día)
VIENE EL DIA DE JUICIO
El Día de la Trompeta sirve como alarma o como
advertencia que ya viene el “Día del Juicio”, vinculado con el Día de Expiación
(heb. Yom Kipur).
(Joel 2:1) Tocad
trompeta en Sion, y dad alarma en mi santo monte; tiemblen todos los moradores
de la tierra, porque viene el día de Jehová, porque está cercano.
El Día de Trompetas abre un período de diez días de
arrepentimiento, que en la tradición hebrea se conocen como los “Días
Temibles”. Son los últimos días en los cuales el pueblo tiene la
oportunidad de arrepentirse y ponerse a cuentas con Dios, antes que llegue el
Día de Expiación, el cual está proféticamente vinculado con la Segunda Venida
de Jesús y el día del juicio (Sof. 1:14-18).
(Sof. 2:1-3) Congregaos
y meditad, oh nación sin pudor, antes que tenga efecto el decreto, y el día se
pase como el tamo; antes que venga sobre vosotros el furor de la ira de Jehová,
antes que el día de la ira de Jehová venga sobre vosotros. Buscad a
Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra su juicio;
buscad justicia, buscad mansedumbre; quizás seréis guardados en el día del
enojo de Jehová.
La trompeta es un llamado al arrepentimiento. Es un
llamado al pueblo de Dios a revisar sus vidas, y corregir sus
caminos.
(Joel 2:5-17) Tocad
trompeta en Sion, proclamad ayuno, convocad asamblea. Reunid al pueblo,
santificad la reunión…y digan: Perdona, oh Jehová, a tu pueblo…
La respuesta de Dios al arrepentimiento es el perdón.
(Joel 2:18) Y Jehová, solícito por su tierra, perdonará a su pueblo.
Esta invitación al arrepentimiento fue la que lanzó Pablo
cuando predicó en el Areópago de Atenas (Grecia):
(Hechos 17:30) Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta
ignorancia, ahora manda a todos los
hombres en todo lugar, que se
arrepientan; por cuanto ha
establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel
varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los
muertos.
Pedro
también habló del arrepentimiento previo a la venida del Señor:
(Hechos
3:19-21) Así que, arrepentíos y convertíos, para que
sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor
tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a
quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la
restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos
profetas que han sido desde tiempo antiguo.
**arrepentirse: regresar a Dios, y volver al diseño
original
TESHUVÁ
La palabra que ha sido traducida como “arrepentimiento”,
viene del hebreo Teshuva, que literalmente significa: Regresar o
volverse. “Arrepentirse” es
enmendar el camino; es dar un giro, y voltearse hacia la dirección correcta.
Significa regresar o volverse al lugar original de donde uno inició, y ese
lugar es Dios.
En un sentido bíblico, “arrepentirse” es un proceso:
a. examinarse a uno mismo, con la plomada del orden de
Dios;
b. Si uno se ha apartado, debe pedirse perdón;
c. Rectificar y corregir la dirección;
d. Comprometerse a no fallar de nuevo, sino a hacer el
bien a los ojos de Dios
EXAMINA
TU VIDA
En el período de Teshuva nos disponemos para que el
Espíritu de Dios revise nuestros corazones y descubramos lo que hay adentro,
sacando a luz el pecado y las intenciones del corazón. No se trata de condenar
ni avergonzar; más bien, es el proceso por el cual permitimos que Dios nos
limpie y nos pula.
(Salmos 139:23-24)
Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y
guíame en el camino eterno.
Nosotros creemos que nos conocemos bien. Pero la verdad
es que nadie nos conoce mejor que Dios. Hay cosas que están escondidas aun de
nosotros mismos; pero Dios conoce todo, hasta lo más profundo de nuestro
corazón, y Él nos lo quiere revelar (Salmo 139:1-7).
Video de este estudio en YouTube @ canal Cita Divina:
No hay comentarios:
Publicar un comentario