Hoy comenzamos un nuevo capítulo en el libro de Daniel. Según los estudiosos, entre el capítulo 3 y 4 pasaron 30 años. Si éste es el caso, entonces Daniel tendría aproximadamente 50 años. El rey Nabucodonosor era un hombre mayor, en la edad en que una persona mira hacia el pasado para analizar lo que hecho con su vida.
NUEVO
INTERLOCUTOR
Sabemos que Daniel es el autor del libro que
estamos estudiando. Sin embargo, en capítulo cuatro nos encontramos con otro
interlocutor sorpresivo…
(Daniel 4:1) Nabucodonosor rey, a todos
los pueblos, naciones y lenguas que moran en toda la tierra: Paz os sea
multiplicada.
Las palabras vienen directamente del rey
de Babilonia, que luego fueron transcritas por Daniel en su libro. Y el mensaje
va dirigido a todos los pueblos y naciones del mundo. Al final de este capítulo
veremos la razón por la que Nabucodonosor hace este reconocimiento público.
Y, ¿cuál es el mensaje que el rey más
poderoso de la historia del hombre quiere transmitir al final de su vida?
(Daniel 4:2) Conviene que yo declare las
señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo. ¡Cuán grandes
son sus señales, y cuán potentes sus maravillas! Su reino, reino sempiterno, y
su señorío de generación en generación.
TRES
RECONOCIMIENTOS
Con éste, ya van tres reconocimientos de
Nabucodonosor sobre Jehová:
1. El Dios de Daniel es Dios de Dioses y
Señor de los reyes, revelador de misterios (Dan. 2:47).
2. No hay dios que pueda librar como
Jehová, Dios de Israel (Dan. 3:28-30)
3. Dios Altísimo (heb. El-Elion) (Dan.
4:2)
El común denominador es el reconocimiento
que Dios es Altísimo (heb. El-Elion), y no hay nada ni nadie
sobre él.
SIN
EMBARGO…
Es algo maravilloso este reconocimiento del
Dios verdadero por parte del rey más poderoso…sin embargo…esto no quiere decir
que Nabucodonosor haya reconocido a Jehová como su Dios. Lo más que llegó es a
reconocerlo como “uno” de sus dioses. En este capítulo, todavía se refiere a
Bel (o Baal) como su dios principal (Dan. 4:8).
La Biblia deja claro que no existe otro
dios más que Jehová.
(Deuteronomio 4:39) Aprende pues,
hoy, y reflexiona en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo
en la tierra, y no hay otro.
(Isaías 45:6) para que se sepa desde el nacimiento
del sol, y hasta donde se pone, que no hay más que yo; yo Jehová, y ninguno más
que yo.
Nabucodonosor reconoce a Jehová como
“Dios Altísimo”, pero no vemos una actitud de sumisión al Dios de Israel. La
Biblia nos enseña que la relación con Dios debe ir acompañada de obediencia, y
no quedarse sólo como una confesión. En este orden, Jesús dijo:
(Mateo 7:21) No todo el que me dice:
"Señor, Señor", entrará en el reino de los cielos, sino el que hace
la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Medita…
¿Cómo es mi relación con Dios? ¿Está
basada sólo en una confesión, o se traduce a una vida de obediencia al Padre,
según el orden del Reino de Dios? (Mateo 7:22-23)
Oración…
Señor,
tuya es la grandeza y el poder y la gloria y la victoria y la majestad, en
verdad, todo lo que hay en los cielos y en la tierra; tuyo es el dominio,
Jehová, y tú te exaltas como soberano sobre todo. De ti proceden la riqueza y
el honor; tú reinas sobre todo y en tu mano están el poder y la fortaleza, y en
tu mano está engrandecer y fortalecer a todos. Ahora pues, Dios nuestro, te
damos gracias y alabamos tu glorioso nombre.
Yo daré
testimonio de Ti, Señor, para que la gente te conozca y crea en Ti, y entiendan
que Tú eres Dios Altísimo. Antes de Ti no fue formado otro dios, ni después de
mí lo habrá, pues Tú eres el Señor, y fuera de mí no hay salvador.
Jesús,
no sólo te reconozco como mi Salvador, sino también como mi Señor; por lo
tanto, no sólo haré mi confesión de fe, sino que viviré según el orden de Tu
Reino, haciendo Tu voluntad.
…(Continúa
en tu oración personal)…
(ref. 1 Crónicas 29:11-13; Isaías 43:10-11; Deuteronomio 4:35; Mateo
7:21-23)
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