Cuando Daniel comenzó a buscar entendimiento sobre los tiempos de Dios, seguramente tenía en mente la restauración del pueblo judío, que había sido llevado cautivo a Babilonia. Pero lo que no se imaginó al hacer esa pregunta, es que la respuesta le traería la revelación de los planes de Dios para todos los tiempos y la redención final.
TIEMPO DE ANGUSTIA
El Señor le reveló a Daniel que, antes que llegue la liberación y la redención, vendrá un tiempo de tribulación.
(Daniel 12:1) En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo, y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro.
Ese tiempo de angustia se conoce como “la Gran Tribulación”, porque no habrá prueba en el mundo tan fuerte como esa. Los corazones de todos van a ser puestos a prueba, para ver si están del lado de Dios…o en su contra.
PURIFICACIÓN
El profeta Malaquías describe esta prueba como “fuego” o “jabón”.
(Malaquías 3:2) ¿Pero quién podrá soportar el día de su venida? ¿Y quién podrá mantenerse en pie cuando El aparezca? Porque El es como fuego de fundidor y como jabón de lavanderos.
La prueba final será como cuando un lavandero restriega ropas sucias; aunque el trato sea fuerte, el fin no es destruir la ropa sucia sino se restriega para limpiarla. De forma similar, Cuando un joyero somete el oro o la plata al fuego, no es para destruir el metal sino para purificarlo y quitarle la escoria o basura. La última prueba al mundo será un “fuego purificador” (Isaías 4:4; Zacarías 13:9; Mateo 3:10-12; 1 Corintios 3:13-15).
En esta línea, Daniel entendió que el propósito de esta gran prueba final es para limpiar y purificar:
(Daniel 12:10) Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán.
La misma revelación recibió Juan en Apocalipsis:
(Apoc. 7:13-17) Y uno de los ancianos habló diciéndome: Estos que están vestidos con vestiduras blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido? Y yo le respondí: Señor mío, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que vienen de la gran tribulación, y han lavado sus vestiduras y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por eso están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado en el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni sed, ni el sol los abatirá, ni calor alguno, pues el Cordero en medio del trono los pastoreará y los guiará a manantiales de aguas de vida, y Dios enjugará toda lágrima de sus ojos.
Es muy importante “tener entendimiento” de lo que pasará en esta última prueba, porque quien sepa que el proceso es para purificar, le hará sentido y aguantará con esperanza (como una mujer en dolores de parto que enfrenta el dolor porque ya ve venir el nacimiento de su hijo). Pero la Biblia dice que los impíos no van a entender nada, y su corazón se va a endurecer más, como pasó con el Faraón en Egipto (Apoc. 16:9,11,21).
PROMESA DE RESURRECCIÓN
Otra cosa que le fue revelado a Daniel es sobre la resurrección de los muertos.
(Daniel 12:2) Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.
La Biblia habla de dos tiempos de resurrección:
1. Primera resurrección: La Biblia dice que, las personas que creyeron en Jesús van a resucitar en la segunda venida del Señor.
(1 Tesalonicenses 4:16) Pues el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con la trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero.
Los que resuciten cuando Jesús venga, ellos disfrutarán de la Era Mesiánica, es decir, el Milenio en que el Mesías va a reinar sobre toda la Tierra.
(Apocalipsis 20:6) Bienaventurado y santo es el que tiene parte en la primera resurrección; la muerte segunda no tiene poder sobre éstos sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con El por mil años.
2. Segunda resurrección: Al final de los mil años, el resto de la humanidad va a ser resucitada para ser juzgados en el Juicio final (ante el Trono blanco).
(Apocalipsis 20:13) Y el mar entregó los muertos que estaban en él, y la Muerte y el Hades entregaron a los muertos que estaban en ellos; y fueron juzgados, cada uno según sus obras.
Cuando Daniel recibió esta visión, él ya era anciano, y sabía que le quedaba poco tiempo en este mundo. Pero el Señor le aseguró que él iba a disfrutar de la primera resurrección. No sólo eso, sino que él iba a recibir su herencia en ese día.
(Daniel 12:13) Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días.
La herencia eterna no se trata de tener “un pedacito de nube en el Cielo”, sino que será en la Tierra, cuando esté restaurada. La herencia que Dios le prometió a Daniel no se trata de “ir al Cielo”, sino de reinar con el Señor en esta Tierra.
A lo largo de su vida, Daniel sirvió a los reyes de este mundo, pero cuando el Mesías establezca el reino, él va a escoger a sus fieles para gobernar con él. Dios le prometió a Daniel que él será resucitado y recibirá su herencia. Daniel no se quedará sin su recompensa por haber servido a Dios a lo largo de su vida en este mundo. Y una promesa similar recibirán los siervos fieles de Dios. Lo más seguro es que Daniel será incluido en el gobierno del Reino Mesiánico del Milenio, y también será parte de las altas esferas de la Nueva Jerusalén (Apoc. 21 & 22).
En la próxima entrada daremos conclusión al estudio del libro de Daniel…
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